"Son cantidades pírricas, pero pueden cambiar una vida": Aimar Bretos analiza la tarjeta para que las familias más pobres compren comida en el súper
Siempre es una buena noticia la innovación en las políticas públicas para hacerle la vida más fácil a quienes más difícil tienen la vida
"Son cantidades pírricas, pero pueden cambiar una vida": Aimar Bretos analiza la tarjeta para que las familias pobres compren en el súper
Madrid
Es desesperante dedicar tanto tiempo de nuestra conversación pública a la última declaración hiperbólica de algún político que busca casito. Porque la atención que dedicamos a ese ruido se la dejamos de dedicar a las políticas de verdad, medidas políticas como la que ha aprobado hoy el Consejo de Ministros. A partir de abril, 70.000 familias pobres con hijos van a poder ir a los supermercados con unas tarjetas y comprar ellos allí la comida, en lugar de tener que ir a recogerla a los bancos de alimentos. Van a ser unas tarjetas o vales canjeables en las que el estado les va a meter una cantidad al mes.
Para familias de un adulto con un hijo, 130 euros al mes. Para familias de tres miembros, 160 euros al mes. Cuatro miembros, 190 euros al mes. Y cinco o más miembros, 220 euros al mes. Siguen siendo cantidades pírricas para llevar una vida digna, pero cuando uno está en los umbrales de pobreza extrema, cuando uno ingresa menos del 40% de la renta media, esa tarjeta monedero con la que ir al súper y comprar comida o productos de higiene le va a dar la vida. El tiempo y la experiencia en la aplicación nos irá diciendo qué funciona y qué no de este nuevo modelo. Pero así, visto sobre el papel, este sistema de las tarjetas presenta ventajas e inconvenientes.
Entre las ventajas, la primera, que no estigmatiza. Que la familia acude al supermercado a por la comida y no a una cola del hambre. Segunda ventaja, lo decía hoy el ministro Bustinduy: que las familias podrán comprar alimentos frescos, carne, pescado, verdura, que por el sistema anterior de los bancos de alimentos era muy difícil garantizar. Tercera ventaja, que las familias van a poder decidir qué alimentos encajan mejor con las necesidades y con los gustos también de los miembros del hogar. Fruta: peras o plátanos. Ahora las familias van a decidir qué compran con ese dinero.
En el lado de los peros... ¿Por qué solo a familias con niños? Dice el Ministerio que se negoció con la Comisión Europea centrar esta ayuda concreta, estos fondos europeos, en las familias con niños, por la tasa tan alta de pobreza infantil que tenemos en España. ¿Eso llevará a que los Bancos de Alimentos, que hasta ahora gestionaban también este dinero, vean mermada su capacidad operativa y eso repercuta negativamente en quienes sí van a seguir teniendo que recurrir a los Bancos de Alimentos? Otro pero. Esto lo dicen los propios bancos de alimentos. Hasta ahora, si los bancos de alimentos compraban al por mayor esa comida, con, por ejemplo, 200 euros, se podía comprar mucha más cantidad de alimentos que lo que las familias podrán comprar al por menor cuando vayan al súper, a precios del súper.
Y una duda. A partir del año que viene, de esto se van a encargar las comunidades. Pero ya desde que entre en marcha en abril hasta final de año, hasta que este programa de las tarjetas pase a manos de las comunidades, el Gobierno se lo ha adjudicado a Cruz Roja. Decreto de concesión directa. 100 millones de euros, de los que 5 van a ser para montar el sistema, para su propia operativa. Adjudicación directa, sin permitir que otras organizaciones o colectivos se presentaran a un concurso. ¿Por qué Cruz Roja? ¿Y por qué el viernes pasado, cuando el Ministerio reunió a los periodistas para explicarles el funcionamiento de la tarjeta, no contaron que la adjudicataria iba a ser Cruz Roja? Dirán, no, es que tienen implantación en todo el país y es solo unos meses, en enero ya lo asumen las comunidades. Claro, ¿y a quién creemos que se lo van a adjudicar las comunidades cuando les caiga a ellas la gestión de esto y vean que ya hay una entidad que lo viene haciendo y les puede quitar el lío de encima por la vía de la externalización? Bueno, son dudas legítimas. Y lo dicho, el tiempo dirá. Pero, en cualquier caso, siempre es una buena noticia la innovación en las políticas públicas para hacerle la vida más fácil a quienes más difícil tienen la vida.
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