La directora de cine Isabel Coixet ha acudido a El cine en la SER junto con Juan Antonio Bayona, David Trueba y Estíbaliz Urresola para hablar con Pepa Blanes de los inminentes Premios Goya y de sus películas, que acumulan varias nominaciones. Los cineastas han hablado de la situación del cine, de cómo está cambiando la industria y también de sus propias películas. Coixet ha contado cómo fue rodar Un amor, la adaptación de la novela de Sara Mesa, que indaga en el deseo femenino y la culpabilidad de hacia la mujer, que todavía hoy se considera un tabú. La película cuenta con siete nominaciones a los Goya y para la directora de cine, lo más emocionante ha sido el contacto con los espectadores después de ver la película. «Para mí hay algo que me gustaría que la gente se llevara con la película, que es que si no hay nadie que te abrace, pues tendrás que abrazarte tú misma y bailar», ha señalado. Asimismo, todos ellos ha reflexionado sobre qué supone el cine actualmente y Coixet ha aseverado que «ya no conforma ese imaginario donde tú aprendías a querer, a pensar, a besar, a follar, a reflexionar. Aprendías lo que sentía la gente cuando salía de Dachau». «Ahora hay un montón de cosas que te cuentan cómo podemos vivir y que han acaparado el espacio que tenía el cine para la gente, al menos de mi generación. Es normal entonces que en los medios tenga menos espacio», ha añadido. Preguntados sobre si serían ministros de Cultura, Coixet ha confesado que a ella se lo propusieron hace años, pero lo rechazó. «Ahora ya lo puedo decir porque da igual, ya, ya se han muerto», ha comenzado. «Yo no es que pensara que no lo podía hacer bien. Sinceramente, yo creo que lo hubiera podido hacer bien. Yo dije que no por una sencilla razón», ha dicho, antes de revelar el verdadero motivo. «Pensé en todos estos discursos y ceremonias oficiales que me iba a tener que tragar, todas estas cosas de inauguración del Museo Paleolítico de no sé dónde», ha asegurado con sinceridad. Además, lo que no le convenció a la cineasta fue que Cultura estaba unida a Deportes. «¿Dónde voy yo? Que no sé, un penalti, todavía no lo distingo. Ahora no, ahora no le han puesto deportes. Está solo Cultura. Han tenido suerte», ha dicho. Y ha insistido en que no sería ministra de Cultura porque no quiere dedicarse a la burocracia. «Ni solo cultura, que no, que un director quiere dirigir. Y tú no quieres estar ahí de burócrata con ínfulas», ha concluido.