"La inspección se personó al día siguiente": así funciona el buzón de quejas de Trabajo que le recomendaron a C. Tangana

La entrevista de C. Tangana en Lo de Évole reunió a un millón de espectadores en el estreno de la quinta temporada del programa y fue muy comentada en redes sociales. Uno de los momentos más virales fue cuando el artista reveló que había sido víctima de abusos laborales cuando trabajaba en una cadena de comida rápida, con la que tuvo incluso un juicio para reclamar horas debidas.

La propia ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, reaccionó a su testimonio a través de su perfil de X, antes Twitter, recordando que: "Cuando te pase #LoDePucho recuerda que tienes a tu disposición el Buzón de denuncias ante la Inspección de Trabajo". A continuación, adjuntaba el enlace a dicho buzón donde se pueden denunciar este tipo de abusos y fraudes laborales.

Por todo ello, hemos querido conversar en La Ventana con Estefanía Salvatierra, periodista de economía en Cadena SER, para que nos explicara un poco mejor en qué consiste y cómo funciona este recurso. "Es un instrumento al alcance de todos que sirve para denunciar cualquier situación de abuso laboral", lo ha definido ella al principio de la charla. Para encontrarlo, "basta con buscar en Internet 'buzón de la inspección de trabajo' y ya accedes al cuestionario, que es anónimo". De hecho, fueron casi 100.000 cuestionarios los que se rellenaron en 2023.

El anonimato es una de las características más importantes del buzón, ya que Inspección no constará quién puso la denuncia, de modo que no contactarán contigo ni podrás saber cómo se ha procedido tras recibir la queja, tal y como le explicó el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, a Salvatierra. "Los dos métodos son eficaces, pero es preferible presentar la denuncia", ha concluido ella, ya que así puedes conocer qué efectos ha tenido. "Inspección se pone en contacto contigo, pero el proceso sigue siendo anónimo".

Algunas quejas del buzón

Nuestra compañera ha compartido con nosotros algunos testimonios de personas que, al sentirse incómodas sabiendo que iban a tener que poner su nombre, prefirieron utilizar el buzón. Así, hemos sabido que Carmen (un nombre ficticio) trabajaba en un servicio de catering en el que no había "ni un horario ni un calendario de trabajo". En vez de eso, utilizaban un grupo de WhatsApp para avisar a quienes necesitaran con unos pocos días de antelación. "Si fallabas algún día, te castigaban y estabas una semana sin trabajar".

Otro ejemplo ha sido el de Jimena, que como directora de una academia de idiomas denunció en el buzón la situación laboral de algunos compañeros de trabajo que no tenían contrato o, si lo tenían, trabajaban muchas más horas de las debidas. Además, "todos los profesores eran falsos autónomos".

También hemos conocido algunos casos en los que el buzón tuvo respuesta, a veces con una rapidez asombrosa, como cuando Teresa envió una queja por lo que vivía en un bar de Huelva en el que trabajaba: "Se presentaron al día siguiente". Así, fue todo tan repentino que cuando se personó el inspector no había ni calendarios ni registros, por lo que a los dueños del local "les pusieron una multa de 12.00 euros".