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"¿Por qué no buscas un hombre con quien acostarte?": la respuesta de un médico a una pareja de lesbianas que quiere tener un hijo

Ahora cuentan en un podcast su largo camino hacia la fertilidad

Elissa y Kaylee llevan tiempo intentando tener un hijo

Madrid

"Una pareja de lesbianas, una mormona y la otra no, navegando por la experiencia gay, el matrimonio, la fertilidad y los perros", así se presentan Elissa Hillier, de 32 años, y su mujer Kaylee, de 35, en el Twitter de su podcast No MoreMen. En el primer episodio dejan claro que no odian a los hombres y que se centrarán en relatar su camino hacia la fertilidad. Un trayecto no exento de dificultades de todo tipo.

Cuenta que en febrero del año pasado fueron a conocer qué opciones tenían para quedarse embarazadas a un centro de salud de Salford, a 20 minutos de Manchester. Aseguran que el médico de cabecera no sabía cómo proceder y que sus respuestas les dejaron "asustadas, decepcionadas y molestas".

Detallan que durante ese encuentro, el médico de cabecera les preguntó cosas como "¿sabéis que necesitáis un hombre para tener un bebé?" o "¿sabéis que tiene que ser esperma humano?" Y luego les miró fijamente y les dijo: "¿Por qué no sales y buscas un hombre con quien acostarte?", según cuenta Elissa, que añade que luego les doctor les ofreció incluirlas en una lista de espera de "tres años" para una cita de fertilidad con el Sistema Nacional de Salud (NHS) sin darles más explicación de cómo funcionaba ni lo que implicaría.

A pesar de ese trato, la pareja sostiene que "no estaba siendo grosero ni malo" si no que se notaba que solo "estaba tratando de entender": "Él sugirió varias veces, "¿por qué no vas a buscar un hombre?" y seguimos diciéndole que no queríamos que nuestra esposa se vaya y se acueste con otra persona". Llegaron a pensar que podría tratarse de una broma de la televisión. "¿A las parejas heterosexuales les preguntan si saben que se necesita esperma humano para tener un bebé?", se pregunta Kaylee que, según The Independent, trabaja en la radio de la BBC.

Entonces, fue cuando decidieron pagarse el tratamiento en la privada y acudieron a una clínica en Dinamarca y otra en el Reino Unido, donde se sometieron a tres rondas de tratamientos de fertilidad que fracasaron. Ahora están llevando a cabo un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) y, después de haber gastado ya en total alrededor de 15.000 libras, han lanzado una recaudación de fondos para cubrir los costes.

Ellas llevan mucho tiempo informándose de todos los procesos y recuerdan que una vez acudieron a una consulta gratuita con la clínica Care Fertility en Manchester y fueron invitadas a asistir a un seminario web sobre fertilidad pero la sesión se centró principalmente en la FIV y cuestiones de fertilidad masculina: "Solo había una diapositiva que decía 'Podemos ayudar a parejas del mismo sexo' y era una foto de dos hombres", cuenta Elissa, que está estudiando inglés y escritura creativa en la Universidad de Bolton y trabaja a tiempo parcial. "Eso nos desanimó mucho", añade Kaylee.

Fue entonces cuando vieron un artículo sobre una pareja del mismo sexo que fue a Dinamarca para recibir un tratamiento de fertilidad y tuvieron una videoconferencia con una enfermera de Diers Klinik, en Aarhus: "Explicó todo de forma muy discreta y natural, paso a paso. Después de nuestra experiencia, casi nos preocupaba ser una pareja del mismo sexo en esta llamada, pero ella ni siquiera pestañeó". Así que decidieron probar la inseminación intrauterina (IIU), ya que era aproximadamente 3.000 libras más barata que la FIV, que cuesta más de 5.000 libras.

La pareja viajó a Dinamarca en julio de 2023 para someterse al procedimiento y 14 días después la prueba de embarazo era positiva. Pero unos días después, a Elissa le llegó la regla: había sufrido un aborto espontáneo temprano. No dejaron que esto les detuviera y, después de recibir ayuda financiera de los padres de Elissa, se sometieron a otra ronda de IIU en agosto de 2023 pero esa vez no funcionó.

Al quedarse sin fondos y no querer volver a pasar por el estrés de viajar a Dinamarca, la pareja decidió buscar una clínica más cerca de casa. Pero ese tercer intento tampoco funcionó. Se pensaron mucho si probaban la FIV y al final accedieron: "Estoy viendo a mi mujer someter a su cuerpo a tantas cosas que llegamos al punto en que pensamos: ¿Seguimos haciendo esto o intentamos la FIV y nos damos una mejor oportunidad?"

Elissa está ahora pasando por su primer ciclo y en las próximas semanas sabrán si han tenido éxito. "Esperamos que compartir nuestra historia ayude a otras personas a descubrir qué pueden hacer. Cada donación que hemos recibido hasta ahora, no importa cuánto, nos ha honrado mucho", señala Kaylee.