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Opinión

La pretecnología

"La tecnología era para ricos. Mi madre me enseñaba el mechero de yesca del pueblo. Había que apagarlo bien; pues, de lo contrario, te lo podías meter encendido en el bolsillo y se te quemaban los pantalones".

La Píldora de Andújar | La pretecnología

Barcelona

Hoy, se aprende informática en las escuelas. Son cosas prácticas, como encender el ordenador o esconder el móvil. Pero a nosotros nos enseñaron pretecnología. La tecnología era para ricos. Mi madre me enseñaba el mechero de yesca del pueblo. Había que apagarlo bien; pues, de lo contrario, te lo podías meter encendido en el bolsillo y se te quemaban los pantalones. Me contaban muchas cosas que habían sucedido de verdad. Cosas pretecnológicas. Por ejemplo, cuando hacía mucho frío, siempre salía a colación la historia de un hombre que, una noche de invierno, bebió tanto anís que se quedó congelado en la calle. Se ve que se quedó dormido por ahí. Pero yo creía que el anís cristalizaba dentro de la gente, y que por eso se había helado. El anís era cristal por dentro y cristal por fuera. Entonces, daban en la tele un programa que recorría el folclore español y que se llamaba Raíces. En la cabecera, salían unas manos tocando musicalmente una botella de anís, entre otros instrumentos pretecnológicos, como el rabel o la dulzaina. Ahora se lleva más el autotune; sin embargo, en aquellos días, aún se vendían zambombas en los puestos navideños. El autotune es la zambomba del reguetón, unifica el género. En ambos artefactos, hay una criatura a la que le han arrancado el pellejo. La tecnología estaba en la barrita de estaño de un vecino que reparaba transistores. También estaba la tecnología en los dos niños fotografiados en la caja del Electro L. Niñas no salían. Las niñas estaban condenadas a lo pretecnológico. Cuando descubrieron a Ötzi, el hombre congelado de los Alpes, que llevaba así desde del neolítico, me acordé de aquel tipo del pueblo que bebió tanto anís y se murió helado. Nuestras vidas son cada vez más tecnológicas, pero a las personas siempre nos pasa lo mismo.