Asimetría de una amistad virtual: qué hacer cuando un amigo te deja de seguir en redes

Madrid

La ciudad de Nueva York ha declarado las redes sociales como un problema de salud pública para los menores. La frustración, el odio o la impotencia son algunas de las sensaciones que genera un mal uso de las redes. Estas, además, sirven para fortalecer o mantener vínculos con personas de nuestro entorno. El 'follow' es la herramienta que permite al usuario continuar ligado a otro usuario. Una relación asimétrica en el momento en el que una de las dos partes decide retirar el seguimiento.

Juan Manuel Machimbarrena es Doctor en psicología por la UPV y miembro del grupo de investigación de ciberpsicología de la UPV. Machimbarrena ha pasado por los micrófonos de A vivir para charlar acerca de cómo gestionar emocionalmente un unfollow. "Resulta muy difícil contextualizar un unfollow porque no sabemos el motivo", afirma. Es por esto que el cerebro se pone en lo peor generando una sensación de tristeza en aquellas personas, normalmente menores, que no cuentan con las herramientas emocionales para racionalizar una acción tan banal.

"Cada generación ha tendido a usar una red social por lo que la aceptación explícita de la amistad, como ocurría en Facebook, no la conocen", comenta Machimbarrena. A diferencia de Facebook, redes como Instagram o Tik Tok no requieren de un acuerdo entre ambas partes para ver el contenido de otro usuario. Basta con que uno de los dos acepte para que, al menos, uno de ellos pueda ver historias y publicaciones. Esta asimetría es la que altera la percepción a la hora de determinar cómo de fuerte es el vínculo.

"A diferencia de las drogas, las redes sociales sí tienen ventajas", concluye Machimbarrena. Añade también que "hay que tener claro cómo utilizamos las redes sociales". La importancia de una buena educación en las TICs por parte de las instituciones y de los padres es una asignatura fundamental para desarrollar cuánto antes las herramientas que permiten a un adolescente gestionar un unfollow o los comentarios negativos. "No es cuestión de la edad, tiene más que ver con el nivel de maduración y educación", asegura Machimbarrena. No obstante, son los preadolescentes y adolescentes quienes sufren más porque su imagen en redes sociales ocupa un escalón más alto respecto al que puede ocupar en un adulto.