Combatir la masificación de las ciudades pagando: ¿Es rentable la tasa turística?
Comunidades como Cataluña aplican una tasa en alojamientos a los turistas que visitan las ciudades
Combatir la masificación de las ciudades pagando: ¿Es rentable la tasa turística?
Madrid
Lo que ya era una práctica habitual en algunos países de la Unión Europea, como Italia, Francia o Alemania, ahora también es una realidad en España. La tasa turística, que se cobra a los turistas en el momento en el que pagan la estancia en un alojamiento, está vigente en Cataluña y las Islas Baleares desde 2012 y 2016 respectivamente, pero todavía continúa generando debates acerca de su rentabilidad.
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El impuesto, que oscila entre los 60 céntimos y los 5 euros diarios en la comunidad catalana y entre los 50 céntimos y los 4 euros por día en el archipiélago, está destinado a controlar la masificación turística que sufren ambas regiones, pero también a proteger el medio ambiente. El importe, que varía según el tipo de alojamiento, ha sido rechazado aun así por distintas formaciones políticas a lo largo de los años.
Ya en 2015, la entonces alcaldesa de Madrid aseguró que el Ayuntamiento no tenía prevista "la imposición de ningún tipo de tasa de turismo". Un poco antes, en 2012, el ministro de Industria, Energía y Turismo del PP, José Manuel Soria, respondía a la tasa que comenzaba a aplicarse en Cataluña, confirmando que desde su partido no iban a pedir la implantación del impuesto a nivel nacional.
Efectividad de la tasa
Son muchas las dudas que durante este tiempo han cuestionado la efectividad de esta tasa, que deja a las Islas Baleares y Cataluña como las únicas comunidades que la continúan aplicando. La más común, la que se pregunta si el cobro de este impuesto supondría una disminución de la cifra de turistas que año tras año visitan estas regiones.
Sin embargo, los datos demuestran que esta reducción no es una realidad. En 2013, un año después de que se introdujera la tasa turística en Cataluña, la comunidad batió el récord de turismo internacional con la llegada de 16,7 millones de personas. Algo parecido a lo que ocurrió en las Islas Baleares en 2017, cuando el archipiélago recibió a 16 millones de turistas, un 6,3% más que el año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Ahora bien, ¿a dónde va destinado el dinero que se recauda con esta tasa? La protección del medio ambiente se ha alzado como uno de los objetivos principales de este impuesto, que permite proteger el patrimonio natural y fomentar el turismo sostenible con el dinero recaudado. Una meta que se añade al mantenimiento de las ciudades y, especialmente, de sus zonas verdes que, a largo plazo, ayuda a que las ciudades puedan mejorar la promoción del turismo.
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