Goyas 2024 | 'Brianeitor', el nominado al Goya a quien los médicos dieron días de vida
El gamer debuta como actor en 'Campeonex', la película más taquillera del año que le ha dado una nominación a mejor actor novel en los Goya de 2024
Tráiler oficial 'Campeonex'
Tráiler oficial de la película 'Campeonex'
Madrid
Hay películas que cambian la vida a los directores. Les dan fama o les permiten entrar en una industria donde no es fácil consolidarse. Las hay que cambian a los actores. Un Goya revelación convierte a alguien anónimo en un intérprete, en alguien a quien los medios miran. También hay películas que cambian a los espectadores, pues sus relatos modifican su forma de pensar, de actuar o de sentir. Hay películas que consiguen todo a la vez, como Campeones. Una película que cambió a su director, aunque Javier Fesser ya era todo un veterano en el cine español. Ha cambiado a los espectadores, que han visto otras realidades de cerca, sin estereotipos y con sentido del humor, pero además cambió la Ley del Cine, de tal manera que solo habrá ayuda para una producción si tiene en cuenta a las personas con diversidad funcional. La segunda entrega, Campeonex sumo otro cambio, el de Brian Albacete, un famoso gamer conocido como Brianeitor, que ahora se ha convertido en actor y ha logrado una nominación al Goya. "Recuerdo que yo ya estaba durmiendo y me empezó a sonar el móvil", dice de cómo se enteró de que era finalista a los premios de la Academia.
"Me llamaron de la agencia y pensé que lo haría porque no iba a perder nada. Lo hice y me llamó Fesser. Fue maravilloso", cuenta sobre su llegada al casting de la película. Con el director ha congeniado a la perfección. "Es un tipo super divertido, un tío muy majo y listo. En esta experiencia me puse en sus manos, y tuve que confiar en él". No ha salido mal la confianza. Campeonex es la película más taquillera de 2023 y Brianeitor es el representante del filme en los premios Goya, que Fesser ganó con la primera entrega de esta comedia que junta a un grupo de personas con diversidad funcional en un equipo de baloncesto, aunque ahora el deporte se juega online. "Desde e primer día de ensayos me acogieron como si fuéramos hermanos. Fue muy hermoso y yo les quiero mucho a ellos. Son personas cariñosas, muy diferentes entre ellas, pero de las que tenemos mucho que aprender", dice de sus compañeros de reparto que, muchos de ellos, repiten en esta segunda película.
Después de la película de Javier Fesser, su vida pegó tal vuelco que hasta ha protagonizado un documental, que se estrenó en el pasado Festival de San Sebastián. La vida de Brianeitor es el título de este filme, en el que Álvaro Longoria, al igual que hizo con los protagonistas de la primera entrega de Campeones, retrata al joven almeriense en su entorno. Fue Fesser el que le propuso a Longoria hacer un documental sobre Brian y él le respondió que no, que no podía repetirse, pero tras conocer al actor, cambió de idea. En él, familiares y amigos hablan de la fortaleza de este chico, de las ganas que siempre ha tenido de salir adelante a pesar de la atrofia muscular degenerativa que padece y de sus frecuentes estancias en el hospital. Brian, que perdió a su madre siendo un bebé, tenía seis meses cuando dejó de mover las piernas y poco después llegó el diagnóstico de su enfermedad. A los 8 años estuvo a punto de morir, le abrieron la traquea y desde entonces está atado a un respirador, que viaja con él en su silla de ruedas. Ahora solo puede manejarse con dos dedos, pero su discapacidad física no ha mermado su ánimo ni su sentido del humor.
"Me encanta el humor. Parte de los chistes que se hacen en la peli son míos, aunque los ha implementado Javier el en el libro. Sin humor no podría vivir. Me gusta reírme de mí mismo, reírme de la situación. El mal. Me río de todo, el humor no ataca a nadie, es para reírse de uno mismo", insiste el actor novel. De hecho, el humor y cómo configura los chistes en estas películas es una de las claves del éxito del cine de Fesser. El director de El milagro de P Tinto o Camino consigue hacer chistes sin humillar, sin reírse de nadie más que de aquellos que se creen por encima de los demás y con derecho a discriminar o a estereotipar a otros. "Antes me pasaba más que ahora", dice sobre el paternalismo hacía él por parte de entrevistadores, compañeros o personas que se encuentra. "La gente mayor antes te miraba con pena. A mí eso no me gusta nada. Yo vivo estupendamente, no sé por qué nadie tiene que sentir pena hacia mí".
Uno de los temas de la película es la sobreprotección de la familia sobre personas que tienen diversidad funcional y la falta de libertad y los prejuicios a los que se ven sometidos. "Por suerte, en mi familia siempre me han dado libertad. Pero claro, yo tengo una discapacidad física, no mental", explica Brian. "A mí me han dado la libertad que se le daba a cualquier niño que no tuviera una enfermedad. Creo que la película puede ayudar a reflejar esto, que no hay que prohibir, que somos gente que tenemos dificultades, pero eso no quita que no tengamos derecho a vivir la vida y a disfrutarla como cualquier otra persona", insiste Brianeitor que está deseoso de pasar por la larga alfombra roja de los Premios Goya, que este año se celebran en Valladolid el próximo 10 de febrero.
La película introduce el metaverso, los videojuegos y las competiciones online, como sustituto o complemento de ese deporte analógico de toda la vida. Es ahí donde Brian, desde su silla de ruedas, lidera el equipo de deportistas que más que ganar, lo que busca es ayudarse entre sí. Los videojuegos han posibilitado que viva experiencias que no puede vivir. "Cuando era pequeño salía a la calle con mis amigos, pero no podía jugar al fútbol, no podía hacer una carrera. Eso me lo ha dado la tecnología, pero nunca uso los videojuegos para evadirme, me gusta jugar porque me divierte, no por evadirme de nada, la verdad", cuenta este joven andaluz, de 21 años, que suma más de tres millones de seguidores en las redes sociales, una actividad que se toma con mucha disciplina
Dice que le hubiera gustado seguir estudiando, pero que su escuela no estaba adaptada. Ahora sabe que contar eso puede ayudar a que otros niños no pasen por ahí. "Yo creo que sí", reconoce. "En la primera escuela estaban adaptados, pero en la segunda, cuando iba a estudiar me encontré con que no había ascensor, se había estropeado y no funcionaba. No había monitor y no podía seguir yendo. Me quedaban seis meses de curso y ya no volví". La vida no le ha ido mal en lo laboral, su trabajo de gamer le ha dado seguidores, amigos, cariño y dinero. También la oportunidad de saltar al cine, algo que le ha descubierto un mundo. "Hay algunos proyectos. No puedo decir nada, pero sí que estoy encantado de seguir actuando, de aprender y de entrar en el cine. He descubierto un mundo que me fascina y me encanta y ojalá pueda estar muchos años". Sin embargo, reconoce que no ha visto las películas nominadas de sus compañeros. "Me encanta el cine, pero últimamente tengo tan poco tiempo que me duermo. Pero prometo que las veré de aquí a los Goya", apuesta en la SER.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...