Especial Goyas 2024 | Los intérpretes charlan del clima de los rodajes, de la humildad del oficio y de sus disparatados inicios

Los premios sirven para ordenar las películas del año, también para ofrecer una doble vida a estas ficciones que han pasado por los cines y que los espectadores pueden recuperar antes de los premios de la Academia, que se celebran el próximo sábado 10 de febrero en Sevilla. También para comprobar qué país refleja nuestro cine a través de sus historias. En la Cadena SER, hemos juntado a un grupo de actores y actrices nominados, con trayectorias diferentes y con papeles diversos que con sus trabajos apoyan algunos de los títulos más importantes del año. Hugo Silva ha conseguido su primera nominación por Un amor, la película de Isabel Coixet que adapta la novela de Sara Mesa. En ella interpreta a Píter, un personaje que, desgraciadamente, representa a muchos hombres, falsos aliados que firmarían eso de que el feminismo ha ido demasiado lejos. «Hay muchos Píters por ahí. Incluso yo diría que la sociedad es un poquito Píter. A mí también una cosa muy interesante de la peli es el cómo deshoja el tema del deseo femenino y las contradicciones del deseo femenino, que creo que también es importante para comprender, incluso para comprender qué tipos de violencias puede sufrir una persona en un entorno así, en este caso una mujer sola», explica el intérprete después de que su compañera Patricia López Arnaiz le diga que se tiró toda la película, pensando, «yo conozco a este tío». El retrato de Silva es similar al del personaje de Juan Carlos Vellido en Bajo terapia, la comedia dramática de Gerardo Herrero en la que encarna a un marido autoritario y violento en una terapia de parejas. El actor, que lleva décadas en la interpretación, suma también su primera nominación por un personaje que representa cómo se desata violencia contra las mujeres en la pareja. «Hay una esencia a lo mejor de esa masculinidad tóxica que nos emparenta a Píter y a mi Roberto. Pero es verdad que el personaje que yo hago en la película está cortado por patrones que a todos nos parecería que son pasado, que son antiguos, pero que, tristemente y sorprendentemente, en el siglo XXI todavía hay muchos, demasiados hombres que todavía tienen esos patrones educativos y que tanto daño hacen sobre todo a las mujeres. Nos ha tocado contar esa parte de la historia que hay que contar, que visibilizar. Y esa es una de los grandes premios que nos podemos llevar, ¿no? Tener la sensación de que las historias que estamos contando puedan servir para algo, no solo para ser espectadores de una cosa, de un espectáculo, sino que haya algo que trascienda, que pueda llegar a a modificar», reflexiona. Junto a ellos, dos veteranas en esto de los premios. La actriz Luisa Gavasa ganó el Goya con La novia, la adaptación de Lorca de Paula Ortiz, este año compite de nuevo con otro papel secundario, el de una mujer en las postrimerías de la Guerra Civil española, un tema que a la actriz le toca especialmente. «A este país, cosa que me parece muy sana, le importa lo que pasó y le importa lo que sigue pasando. Y es que sigan habiendo miles de españoles y españolas en fosas. Eso es un tema que creo que es muy serio y que tiene que ver con muchas más razones, más allá de la política, que también, tiene que ver con algo que no se puede permitir. O sea, es una cosa que me parece innoble, inhumana, el que sigan dejando tantas personas, hombres y mujeres, ahí como si fueran, no sé. Así que me parece importante esta película que llegó en un momento adecuado, sobre todo en un momento donde hay mucha crispación política y donde se están yendo las cosas a unos extremos que me parecen, no digo peligrosos, pero sí poco sanos. Que de pronto se hable de lo que pasó en la Guerra Civil, que de pronto se recuerde lo que pasó con los maestros y las maestras y que se recuerden que hay miles de personas todavía en fosas comunes, creo que es importante». El maestro que prometió el mar ha sido una grata sorpresa en la taquilla. En un momento en el que políticos y dueños de plataformas insisten en que el pasado no interesa, el filme ha conectado con los espectadores superando las previsiones de la taquilla. Patricia López Arnáiz también representa un papel de una mujer en la que muchas madres pueden reflejarse. Ya ganó una estatuilla por Ane, otra madre que trataba de conocer a su hija, y ahora aspira al Goya a actriz protagonista por 20.000 especies de abejas, la película de Estíbaliz Urresola que ganó premio en Berlín y que cuenta qué pasa en el interior de una familia con una niña trans. «Estamos en un momento en el que es muy fácil tener posiciones muy polarizadas en los que falta humildad. Falta esa humildad que al final tiene que ver con la compasión en el sentido de acercamiento al otro, de entendimiento del otro y del respeto a en qué lugar te pones tú con más razón que otro. Es un tema muy complejo, que se mezclan otras muchas variables y hay mucho debate. Entonces es muy fácil para todos ponernos a pensar en un tema, a dilucidar y estar con lo intelectual y con la razón, intentando dar una respuesta a un problema, a una cuestión que hace sufrir a muchas personas y que es compleja. La aportación de la peli, la sensación que tengo por la gente que se me acerca, es que es una aportación desde lo emocional. Estoy viendo cómo esta familia lo vive, cómo lo vive esta niña y me está tocando en otro sitio y uy, igual esta idea que yo tenía, estaba siendo prejuiciosa o me estaba adelantando, ¿no? O sea, creo que va desde lo emocional y que esa es un poco su fuerte», analiza de esta historia que ya ha ganado el Forqué, el Feroz y es la más nominada a los premios de la Academia. Junto a primerizos en los premios y veteranas, una actriz recién llegada pero con una larga trayectoria en la danza. Janet Novás es candidata en la categoría revelación por O corno, la flamante Concha de Oro del pasado Festival de San Sebastián que dirige Jaione Camborda. Para ella todo ha sido un aprendizaje, el trabajo en equipo, los momentos de aislamiento en el rodaje, las dinámicas de la industria... Interpreta a una mujer que ayuda a otras a abortar de forma clandestina en la Galicia de los años 70 y acaba huyendo a Portugal. Una historia del pasado que, como la de Luisa Gavasa, dialoga con el presente y recuerda que algunos derechos adquiridos están en peligro. Los cinco intérpretes debaten, charlan y bromean en esta conversación sobre el oficio. Luisa Gavasa: «Siempre les digo, sobre todo a la gente que empieza, que este es un oficio, es la soledad del corredor de fondo. Es un trabajo de resistencia y de humildad, de absoluta, absoluta y absolutísima humildad. Porque, porque sí, sin más. Es algo que me parece que tendría que ser inherente a este oficio nuestro y que no siempre es así. La humildad hacia los compañeros, saber lo que hablamos antes, trabajo en equipo y el saber que esto no es un triunfo de es que hoy has hecho una serie que es maravillosa y a todo el mundo te va parando por la calle, porque de pronto dentro de tres meses puede dejar de pasarte por la calle todo el mundo. Y vuelves a pasar a ser anónimo. Entonces no todo el mundo tiene ni la suficiente fuerza emocional, ni la suficiente edad, generalmente la edad, porque muchas cosas te las va dando el tiempo, o sea, la edad no solamente te sirve para que te salgan las canas y te salgan las arrugas, sería una faena. También sirve para que aprendas a entender muchas cosas de tu profesión y de la vida en general. Y una cosa que creo, insisto, ya con esto me callo, que es importantísima para los actores, es el saber que esto es una carrera de tiempo y de humildad». Juan Carlos Vellido: «Dedicarse a esto también supone aceptar y saber gestionar un montón de sinsabores. Muchas veces lo digo con amigos, con gente que no se dedica a esto. Es que lo más duro de todo, de vivir esto, posiblemente es el escuchar no. Estamos constantemente durante una carrera escuchando, tú no, tú no, tú no... Para de vez en cuando que alguien te diga que sí y te abra la puerta. Pero es verdad que eso se hace muy duro. Es difícil gestionar eso y no tomártelo como algo personal. Y eso es algo a lo que tenemos que llegar o hay que aprender a decir, vale, me han dicho que no, pero no me han dicho que no a mí, no, no es una cuestión personal, es que hay un papel y solo puede hacer una persona». Patricia López Arnaiz: «Si hemos podido hacer trabajos que han conmovido, tiene que ver con que hemos tenido la oportunidad de trabajar con un material bonito, con un elenco maravilloso. O sea, bueno, no sé, igual todos los casos no, yo en mi caso siempre me ha pasado que en las situaciones así tiene que ver con que he tenido la suerte de poder tener un guion, un personaje, un material maravilloso con el que he disfrutado, la dirección de repente o que tus compañeros estés trabajando con gente súper honesta y dices vale, ahora ha venido un reconocimiento, pero es que viene del premio que he tenido, de la suerte que ha habido ahí de haber participado en eso». Luisa Gavasa: «Que es lo bueno del cine, el trabajo en equipo. Yo creo que eso te enseña el audiovisual, que somos un equipo y que no, que bueno, que sí, que la cara a lo mejor, las caras emergentes podemos ser los actores, las actrices, pero en realidad si toda esa maquinaria no se pone en marcha, estamos todos a favor. No, no funciona». Hugo Silva: «Cómo esté el director o la directora anímicamente, así está el equipo entero. Ya no es una cuestión nuestra, de nuestro departamento artístico. Es un poco de todo. Y no estoy hablando del resultado final. Estoy hablando del clima que se genera en el rodaje. Es súper importante. Es súper importante. Por eso. Por eso es tan importante también la dirección. No solamente la lectura y el punto artístico y lo que tenga que aportar ese autor, autora. No, no, no, hay algo más. Porque precisamente por eso, porque es como un barco, como un barco en el que que va todo el mundo. Hay que saber también lidiar con equipos y potenciar y estimular, y cuidar. O sea, son muchas cosas». Juan Carlos Vellido: «Yo es que cada vez le he dado más importancia a la dirección, porque al final... Es tan importante sentirse, tener la confianza de un director, una directora. Me parece que es, que uno no puede trabajar sin esa confianza. Es muy difícil enfrentarse a un guión, por muy bueno que sea, si no tienes al lado eso, que sientas que de verdad hay alguien que confía en ti y en tu trabajo, en tus capacidades». Janet Novás: «Yo vengo de trabajar, tengo mi propia compañía, muy pequeñita, de danza y he trabajado mucho sola y hago todo yo. El hecho de tener, o sea, de solo ocuparme una cosa, me di cuenta de que puedes dar el 100% y el resultado es que estoy aquí sentada probablemente. Entonces, claro, al final creo que es súper importante esto que comentáis y toda esta, esta obsesión que pueden tener, porque también Jaione a mí me lo dijo desde un principio. Dice, te voy a aislar un poco de tal, porque también como no tienes las técnicas, probablemente las de un actor, entonces me cuidó mucho en ese sentido también de pues, a ver si yo necesitaba hablar con alguien, pues sí, pero era como que ella me invitaba a estar en una habitación o me iba avisando y sí, y sobre todo eso que das el 100 y si puedes un poquito más». Puedes escuchar este especial a la carta en todas las plataformas de audio