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Científicos de EEUU descubren por qué las mujeres sufren más enfermedades autoinmunes

Ahora mismo, unos 400 millones de personas sufren una enfermedad autoinmune, es decir, una dolencia en la que el sistema inmunológico ataca nuestros propios tejidos. Sin embargo, 4 de cada 5 son mujeres

Imagen de archivo de una máquina para diagnosticar enfermedades autoinmunes / HOSPITAL VALDECILLA (HOSPITAL VALDECILLA)

Madrid

Un equipo de científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, ha investigado por qué las enfermedades autoinmunes (como el lupus, la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple), afectan mucho más a las mujeres que a los hombres y han descubierto una posible causa.

Se trata de una molécula, que produce en cada célula femenina uno de los dos cromosomas X de las hembras, porque es capaz de generar anticuerpos que pueden atacan los tejidos del cuerpo de las mujeres. Por esa causa molecular, por ejemplo, por cada hombre que padece lupus hay 9 mujeres.

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"Como médico en ejercicio, veo muchos pacientes con lupus y esclerodermia, porque esos trastornos autoinmunes se manifiestan en la piel y la gran mayoría de estos pacientes son mujeres ", advierte el doctor Howard Chang.

La segunda X

Las mujeres tienen demasiado de algo bueno, que se llama cromosoma X. En todo el reino de los mamíferos, el sexo biológico está determinado por la presencia, en cada célula femenina, de dos cromosomas X.

En cambio, las células masculinas contienen solo un cromosoma X, que está emparejado con uno mucho más corto denominado cromosoma Y.

El cromosoma Y contiene sólo un puñado de genes activos y es muy posible vivir una vida plena sin un cromosoma Y. De hecho, más de la mitad de la población de la Tierra (las mujeres) carecen de cromosomas Y y les va bien.

Pero ninguna célula de mamífero, masculina o femenina, puede sobrevivir sin al menos una copia del cromosoma X, que contiene cientos de genes activos que especifican proteínas.

Aun así, tener dos cromosomas X pone en riesgo la producción, en cada célula femenina, del doble de la cantidad de proteínas especificadas por el cromosoma X, pero no por el Y.

Y esto genera la producción de una molécula en las células femeninas que puede generan anticuerpos que atacan sus propios tejidos corporales, según concluye esta investigación realizada en la prestigiosa Universidad norteamericana de Stanford.

Mecanismo natural

La naturaleza ha ideado una solución alternativa inteligente, aunque complicada, llamada “inactivación del cromosoma X.”

Al comienzo de la embriogénesis, cada célula del mamífero hembra naciente toma una decisión independiente de detener la actividad de uno u otro de sus dos cromosomas X. Una vez que se toma esa decisión, se transmite a la progenie de estas células en el feto en desarrollo. De esta manera, se produce la misma cantidad de cada proteína específica del cromosoma X en una célula femenina que en una masculina.

Como descubrieron los investigadores, la inactivación del cromosoma X puede provocar trastornos autoinmunes, pero otros factores también pueden causar estos trastornos, razón por la cual los hombres a veces los desarrollan.

El gran empate

La inactivación del cromosoma X se logra gracias a una molécula llamada “Xist”. El gen Xist está presente en todos los cromosomas X, incluido el único que tienen las células masculinas.

Pero el propio Xist se produce sólo cuando el cromosoma X en el que reside su gen pertenece a un par XX coincidente, y se produce y despliega en un solo miembro de ese par.

Pero el hecho de que Xist se aloje en el cromosoma X adicional genera combinaciones extrañas de ARN: proteínas que se unen a él, otras proteínas que se unen a esas proteínas y ADN al que se adhieren algunas de esas proteínas.

Y estos complejos pueden desencadenar una fuerte respuesta inmune, según han descubierto el doctor Chang y sus colegas.

Pruebas científicas

Un examen minucioso de muestras de sangre de unos 100 pacientes con autoinmunidad mostró la presencia de estos autoanticuerpos contra muchos de los complejos asociados con Xist.

Algunos de estos autoanticuerpos eran específicos de uno u otro trastorno autoinmune, lo que indica su utilidad potencial para identificar trastornos autoinmunes emergentes particulares antes de que se desarrollen los síntomas. "Cada célula del cuerpo de una mujer produce Xist", concluye el doctor Chang.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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