Competencia desleal y exceso de burocracia: las claves para entender las protestas del campo europeo
Las protestas de los agricultores llegan este jueves a Bruselas coincidiendo con el inicio del Consejo Europeo extraordinario. El sector expresa su malestar en la capital comunitaria y responsabiliza a Bruselas de las malas condiciones del sector
¿Por qué protestan los agricultores?
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El malestar de los agricultores se extiende por cada vez más países y llega este jueves a Bruselas, con protestas convocadas frente a las instituciones comunitarias coincidiendo con el inicio del Consejo Europeo extraordinario. Con este panorama, la cuestión es cuáles son los motivos detrás de las protestas y qué respuesta está dando Bruselas a un tema que evidentemente se va a colar de lleno en la campaña para las elecciones al parlamento europeo de junio. Un asunto que de momento parece que está intentando capitalizar en varios países la ultraderecha.
¿Qué piden los agricultores?
Aunque hay revindicaciones estrictamente nacionales, la mayoría son compartidas y se repiten en las manifestaciones que estamos viendo en países como Francia, Alemania o Bélgica, y ahora también Italia o Portugal. Lo que nos permite abodar este malestar desde una perspectiva estrictamente comunitaria. Porque de fondo hay varias cuestiones que podemos resumir en las siguientes claves: partiendo de un telón de fondo compartido que es el aumento de los costos de la energía, que siguen disparados desde el comienzo de la invasión de Ucrania, a esto tenemos que sumar dos asuntos de estricta actualidad comunitaria que tienen repercursiones en el campo europeo: el primero, precisamente, la importación de grano ucraniano sin ningún tipo de arancel. Esta es una medida que Bruselas ha extendido hasta 2025 con el rechazo de los agricultores, que hablan de competencia desleal, porque el grano ucranianio es más barato y esto les obliga a ellos a bajar el precio de sus productos para poder competir.
"Creo que tienen buena parte de razón, especialmente Polonia, porque están mermando las capacidades de sus agricultores", explica a la SER el catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña Emilio Gil Moya. "Pero no ocurre solo con Ucrania, ocurre con productos de otros países extracomunitarios". De hecho, por esta razón, los agricultores son muy críticos con el acuerdo de libre comercio con Mercosur, que ahora está en el aire. El rechazo del campo ha hecho que el propio portavoz de la Comisión Eric Mamer haya dicho esta misma semana que no se dan las condiciones para cerrar ese acuerdo, presionado especialmente por París, por Emmanuel Macrón.
Por último, entre las claves para entender el malestar, los agricultores denuncian la excesiva burocracia para acceder a las ayudas. Algo que están abanderando especialmente los agricultores belgas y los franceses, de ahí que el primer ministro francés Gabrriel Attal anunciara medidas para acelerar el acceso a los subsidios.
¿Cuál está siendo la respuesta de la Comisión Europea?
La Comisión sabe que el malestar de los agricultores se va a utilizar como arma arrojadiza especialmente por las formaciones euroescépticas de cara a las elecciones al parlamento europeo, que las tenemos en junio, así que el calendario electoral va a marcar también el ritmo de cualquier respuesta comunitaria. Por eso la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Layen, está pasando de los gestos a la vía de los hechos.
La semana pasada activaba el diálogo estratégico con los agricultores, una serie de reuniones entre la Comisión y una treintena de organizaciones, aunque sin un calendario definido ni con un guión cerrado.
Las primeras cesiones de Bruselas: ¿un paso atrás en su legislación verde?
De momento, y ante la presión en la calle, sí que tenemos algunas cesiones por parte de Bruselas. Sobre los productos ucranianos, el vicepresidente de la Comisión, Maros Sefcovic anunciaba este miércoles que si hay un aluvión de productos como huevos desde Ucrania, también desde Moldavia, Bruselas propone establecer una especie de freno de emergencia que pasaría por recuperar los aranceles de forma temporal para evitar que se hundan los precios de estos productos europeos.
La Comisión quiere quitar presión al campo, en estos términos se ha pronunciado, y en ese sentido este otro anuncio: suspender por un año, en aquellos países que así lo quieran, una de las medidas de la nueva PAC que se activa en este 2024: la obligatoriedad de que al menos el 4 por ciento del terreno agrícola no se utilice para ese fín. Es decir, que se deje en barbecho, sin producir.
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Y esta medida contemplada en la PAC bebe del espíritu del Pacto Verde Europeo, porque de fondo existe la paradoja de que Bruselas está dando pasos en dirección a suavizar esa legislación verde (contemplada en el Pacto Verde Europeo, una de las medidas estrella de esta legislatura) para atender las demandas del campo. "Hay un problema de fondo: Europa apuesta por ser un continente verde y eso afecta muy de lleno a los agricultores. Hay que acompañar esto con ayudas, mientras el sector rural no tenga los mismos beneficios o ventajas que los que tenemos en la ciudad, este problema no se va a solucionar".
Enrique García
(Sevilla, 1994) Corresponsal en Bruselas, siguiendo y explicando la política comunitaria. Antes, redactor...