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Sociedad

Los libreros del Sena se rebelan contra los Juegos Olímpicos y acudirán a la Justicia para detener la retirada de sus puestos

Llevarán ante la justicia administrativa la decisión del gobierno francés de retirar sus puestos durante la inauguración de los JJOO de París 2024

Los libreros del Sena se rebelan contra los JJOO y acudirán a la Justicia para detener la retirada de sus puestos

Madrid

A las orillas del río Sena se asientan más de 900 casetas de madera de color verde que albergan infinidad de libros de segunda mano en su interior. Los propietarios de estos puestos son los buquinistas o bouquinistes en francés, palabra que procede de bouquin que significa pequeño libro. En el siglo XVI, estos libreros vendían de manera ambulante pequeños libros de bolsillo y no fue hasta el siglo XVIII cuando se asentaron en la ribera del Sena. Actualmente, cuentan con más de 900 casetas que se extienden a lo largo de dos kilómetros en pleno corazón de la capital parisina, regentadas por 220 buquinistas que en los últimos años han ampliado su catálogo, incluyendo discos, sellos, grabados y baratijas.

La amenaza de los Juegos Olímpicos

Estos libreros ven ahora amenazado su negocio, el gobierno francés les notificó que por motivos de seguridad al menos 600 puestos serían desmontados temporalmente para garantizar la seguridad durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, aunque la presión de los libreros ha hecho que ese número bajase a 425. Por primera vez, la gala que dará inicio a la cita olímpica no se desarrollará en el estadio y se celebrará por las calles, una ceremonia urbana en la que el río Sena tendrá un papel especial. Las delegaciones de los países participantes desfilarán por el río ante la mirada de cientos de miles de espectadores y para el gobierno francés, los puestos deben ser desmantelados por motivos de seguridad.

Los libreros se plantan

Después de una asamblea general, la asociación de buquinistas decidió recurrir a la justicia para tratar de impedir que sus puestos fueran desmontados temporalmente. 130 de los 180 miembros de la asociación votaron a favor de comenzar un proceso judicial. El presidente de la asociación, Jerome Callais aseguró que acudirían a la justicia administrativa para intentar "paralizar la retirada de sus puestos" o en el caso de que finalmente sean retirados reciban una "compensación económica" que en un principio ni siquiera estaba planeada.

Puede ser una "masacre"

La retirada de los puestos supone un peligro para la supervivencia de la librería al aire libre más grande del mundo. Los libreros aseguran que perderán al menos un millón de euros al tener que parar su actividad durante un mes en pleno verano. Callais califica la retirada de las casetas como una "masacre" y asegura que "200, 300, 400 puestos podrían quedar destruidos y habrá que reconstruirlos". Estos puestos de madera tienen más de 200 años y durante las labores de traslado muchos podrían sufrir daños irreversibles. Sin embargo, el ayuntamiento de París ve esto como algo positivo y asegura que ahora podrán aprovechar y renovar las viejas casetas que aspiran a convertirse en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.