"He visto a oyentes que no dejaban subirse al coche a Iñaki y a otras que le tocaban el culo a Francino"

Madrid

En la Cadena SER, todo el mundo sabe quién es Curro Serrano. Por eso, Aimar Bretos no da crédito cuando Curro aparece con una chuleta que se había hecho para hablar delante de un micrófono. Curro Serrano es jefe de producción de exteriores de la Cadena SER y su currículum se puede resumir con los grandes despliegues que ha hecho para esta casa. A sus espaldas, "dos Eurocopas, un Mundial, catorce vueltas ciclista España y 26 giras de verano con Los 40 y Dial".

Curro Serrano lleva toda una vida echando horas en la radio y desplegando ingenio para que el director de un programa tenga todo lo que necesita para emitir desde fuera del estudio central. Él no olvida la indicación que le dieron cuando empezó a dedicarse a esto: "Que el señor que está haciendo el programa tenga los mismos elementos que tiene en la radio. O más". Y conseguirlo es complicadísimo, porque antes no había internet, ni AVE. Eran años en los que había que movilizar a equipos de 35 personas, viajar en carretera y buscarse la vida para tener los contenidos a tiempo. "Con Iñaki, teníamos que tener todos los periódicos a las seis de la mañana, cuando salían de la imprenta a las cinco", explica Serrano.

Mano izquierda

Él ha tenido que tener mucha mano izquierda para conseguir, por ejemplo, que de la Morena no se diese cuenta de que él se había equivocado de carretera y, para conseguirlo, le empezaba a hablar de fútbol. Con los años, Curro Serrano, se ha convertido en un experto para sortear dificultades. Cuando la SER emitía fuera del estudio central, era fundamental estar pendiente del fax y eso ha dado pie a muchas anécdotas: "Hay una anécdota muy buena. José Ramón dijo: 'Quiero ese fax, que me suban el fax'. A los cinco minutos, apareció un señor de servicios generales con el fax, el aparato, en la habitación del hotel. La pregunta ya no era qué hacía con el fax, sino cómo había convencido al señor de la recepción para desmontar el fax", cuenta entre risas Curro Serrano. La lista de anécdotas es interminable: "Con Iñaki, hacíamos un tramo del programa con los guiñoles. El guion llegaba a las doce de la noche del día anterior. A lo mejor estabas en Salamanca y teníamos que hacer quince copias y te tenías que buscar la vida como fuera para tener esas fotocopias a tiempo".

Las oyentes de La SER

Las jornadas de Curro Serrano se podían alargar muchísimo. A veces, porque tenía que hacer labores de escolta. "Terminábamos el programa y las señoras rodeaban a Iñaki. Una vez, no podía subir al coche. Y yo le preguntaba a Miguel, su colaborador, qué podía hacer y él me decía: 'pataditas en la espinilla'. Con Francino pasaba algo parecido porque las oyentes le tocaban el culo", explica Serrano. La gestión del público ha sido una parte fundamental de su trabajo, porque los oyentes tienen ganas de poder hablar con el director o la directora del programa. Con Iker Jiménez, por ejemplo, le tocaba estar con él de cuatro de la madrugada a siete de la mañana firmando autógrafos porque de las "dos mil personas que podía haber en el auditorio, mil se quedaban para pedir una firma o para contarle historias".

Aunque el tío abuelo de Curro Serrano fuera uno de los fundadores de Unión Radio, no estaba del todo claro que él cumpliera su sueño de trabajar en la radio. A él le gustaba desde pequeño, pero su padre era director de La SER en Valencia y Alicante y no quería que su hijo trabajara con él y le lanzó una durísima advertencia. "Me dijo que si había cualquier fallo y yo estaba en medio, la culpa sería mía", cuenta Curro. Su padre cumplió su promesa, porque le sancionó hasta tres veces. No quería que hubiera la más mínima sospecha de trato de favor.