Hoy por HoyEl cuaderno de Ángeles Caballero
Opinión

El campo se cabrea porque tiene muchos motivos

En las manifestaciones están representados los que tienen motivos para quejarse y los que no, y conviene no quedarse solo con una parte de las consignas

Madrid

Ayer, mientras veía todas las imágenes en los informativos y redes sociales, me acordé de una vez me fui de una manifestación porque había consignas que deseaban la muerte de Santiago Abascal y yo no estaba allí para reivindicar ese asunto, sino otros mucho más importantes y necesarios. Así que cogí de la mano a la mujer que me acompañaba y nos fuimos a otra zona, mucho más festiva, mucho más acorde con lo nuestro.

El campo se cabrea porque tiene motivos

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Con este detalle tan personal lo que en realidad quiero decir es que conviene no quedarnos solo con una parte de las consignas o con ese trazo gordo. Porque vemos a esos que, subidos al tractor, enarbolan la bandera preconstitucional, dicen que no a la Agenda 2030, que vivimos presos del medioambientalismo absurdo, que viva la libertad carajo, que también lo hemos visto, o el clásico no lo verás en los medios, que son precisamente esas cosas que sí ves y escuchas en los medios.

¿Quién está detrás de la huelga de agricultores y ganaderos en España?

El campo se cabrea porque tiene muchos motivos. Están el señorito y el migrante -en España, precisamente, un 25% de los que están dados de alta lo son, sin contar con los que no lo están, y no están precisamente representados en estas manifestaciones y en esas asociaciones que se movilizan-. Está el oportunista, claro; va también el jeta; el que dice que le importa mucho el campo y en el fondo le importa un bledo; pero está el que cumple las normas europeas y está también el que no; el que grita porque sí, porque ya está bien; el que defiende a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado salvo cuando le tocan, porque cuando le toquen entonces dirá que con los moros eso no pasa, con el islam no se atreven, como todo el mundo sabe.

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Está el que cumple con la legalidad, el que vive de lo que trabaja; el que se asfixia con la burocracia, el precio de la energía, la inflación; el distribuidor que aprieta, que ahoga, que hace lo que quiere porque siempre, lamentablemente, venció Goliat a David salvo aquella vez.

Están las organizaciones de siempre, Asaja, COAG y UPA, interlocutores habituales con el Ministerio; y está el ministro, Luis Planas, que pide calma, que es algo que pide siempre el que le sobra, el que ve los toros desde la barrera. Están los que piden a Europa que afloje, aunque sea de ahí de quien viene el oxígeno y el dinero, que se cumpla la ley de la cadena alimentaria, que dejen de vender a pérdidas.

Y podemos, claro, una caricatura. El señor de las patillas, que lleva el fachaleco; el enésimo chiste sin gracia sobre el campo frente a la ciudad. Porque estamos también los urbanitas, que lo fagocitamos casi todo, pero que creemos en este caso que tienen razón en muchas de sus reivindicaciones.

Y luego están, claro, las elecciones europeas. Y la ultraderecha, que los escucha y los abraza. Así hasta que voten. Y después, ya se verá.

Ángeles Caballero

Ángeles Caballero

Periodista. Colabora en 'Hoy por Hoy', con Àngels Barceló. Escribe en El País. Y habla en La Sexta.

 
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