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Elvira de Hidalgo, la diva española que descubrió a María Callas

El centenario de María Callas nos ha descubierto colateralmente a la diva española Elvira de Hidalgo que fue su maestra y la que pulió a la griega en el canto y en la vida

El viaje de ida | Elvira de Hidalgo, infinitamente más que la maestra de María Callas

El viaje de ida | Elvira de Hidalgo, infinitamente más que la maestra de María Callas

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Madrid

Su nombre real era Elvira Juana Rodríguez Roglán, pero su impostura artística y vital le llevó a darle un toque más noble y se hizo llamar Elvira de Hidalgo. Pero en origen, muy humilde, por cierto, fue una niña que nación por casualidad en la capital del Matarraña, en Valderrobres (Teruel), la Toscana española. Igual eso le marcó. Su familia materna vivía allí y dicen que su progenitora decide tener allí a su hija por aquella costumbre de tener cerca a la madre en el parto.

Luego volverían todos a Barcelona donde trabajaba el padre (obrero andaluz). Tempranamente empieza a mostrar dotes para el canto y consigue entrar en la escuela de canto del Liceo. Cuenta su biógrafo Juan Villalba, autor de Elvira de Hidalgo: de prima donna a maestra de María Callas (Fórcola), que todo apunta a que sus padres heredaron la regencia de un estanco en Barcelona, conocido como el estanco de las cantantes (entre las calles Aribau y Diputació) y que se dice que becaba a niñas con posibilidades en el estudio de la música para dejarles a sus familias una forma de vida.

Los padres se volcaron con la niña Elvira, especialmente el padre Pedro Rodríguez Hidalgo gran aficionado a la música. Pero en esos primeros años es clave una maestra del Liceo, Concha Bordalba, que había sido también soprano y había triunfado en los teatros imperiales rusos. Es quien la descubre hasta que la escucha en el Liceo un barítono italiano, Antonio Scotti, que se enamora de su voz y la promociona para que ingrese en el conservatorio de La Scala de Milán.

Se supone con una beca de la Diputación de Barcelona y fondos que aporta el propio Scotti, que entonces ya era el principal del Metropolitan Ópera House de Nueva York. Elvira Juana pasa a ser ya Elvira de Hidalgo y debuta con solo 16 años en el San Carlos de Roma, en el escenario del mismísimo Carusso. Pero es que dos años después está con el mismísimo Enrico en el escenario del Metropolitan con solo 18 años. A día de hoy, nos cuenta Zoila Martínez, autora de la tesis Cantando Senza Fine: Elvira de Hidalgo, sigue siendo la más joven en actuar allí.

Al estrellato

Y el momento que ya definitivamente la lanza al estrellato es cuando es elegida en Milán para representar a Rosina en el centenario de la obra El barbero de Sevilla de Rossini. A partir de ahí se le abren las puertas de todos los grandes teatros de Europa y el mundo. Pero no era solo como cantaba, que era una virtuosa, es que creó una tendencia de estilo de vestir, del bel canto que lo renueva y le da su magia. Además "crea sus propias redes" cuenta Vicky Calavia, directora del documental Elvira de Hidalgo: donare la Divinitá, redes sociales, laborales, culturales, hacía lo que ahora se llama networking.

Elvira de Hidalgo era una mujer imparable, adelantada a su tiempo, moderna, feminista, aunque aún no se utilizaba el término. Ganó mucho dinero, compró una casa en Milán y se llevó a allí a su familia. Es más, se casó dos veces, pero nunca cedió su nombre. Su primer matrimonio fue con el italiano Guido Zambelli, marqués della Rosa, que le dio ese toque noble que ella tanto le gustaba y cuanta Juan Villalba que tuvo "el buen gusto de morirse pronto" y dejarla viuda y libre. Aunque volvió a casarse con Armand Bette, que fue secretario del primer ministro francés Georges Clemenceau y regentaba los teatros de la Ópera de Ostende y Montecarlo. Como pueden leer, nuestra Elvira de Hidalgo elegía muy buen sus maridos.

Pero sus dos enlaces no le encerraron, siguió siendo una persona que dirigía su vida. La admiraban todos los grandes de Europa y se le relaciona incluso con algún Romanov, pero vayamos a Atenas. En 1938 Elvira de Hidalgo se retira de los escenarios y su última actuación es en el Teatro Olimpia de la capital griega ¿Por qué allí? Cuenta Juan Villalba que desde 1920 tenía un ir y venir entre Ostende donde vivía con su marido y Grecia. ¿Qué pasaba? Tenía una relación con el gerente del teatro ateniense, un tal Karandino, y al final decide quedarse en Atenas y montar allí su propia escuela de canto tras su retirada. Y es ahí donde con 13 años le entregan al diamante en bruto, a María Callas.

"Tenía algo"

Cuenta Elvira de Hidalgo en una entrevista en la televisión francesa que la primera vez que la ve le llamó la atención que la miraba todo el tiempo, "con esa boca, esa gran boca, y sus ojos que me hablaban. Eso me impresionó, tenía algo". Y tanto que tenía, pero tocaba pulirla y la aragonesa lo hizo. La hizo cantar como una diosa, la hizo moverse en el escenario como una gran actriz y le dio lustre en el vestir y en el vivir. La convirtió en una diva, y con una enseñanza que nunca olvidó María Callas, "hay que ser diva en el escenario y en la vida". Y así fue porque así fue también su maestra.

Lleva a María Callas al estrellato y siempre fue como una madre para ella y una confidente. En los momentos difíciles, la griega siempre acudía a los consejos de Elvira de Hidalgo o se pasaba por Milán para verla. Los últimos años de la diva de Teruel los dedica a dar clases primero en el conservatorio de Milán y luego como particular. Era dura y cobraba mucho, pero dependiendo del poder adquisitivo de sus alumnas. Como ayudó a la Callas ayudó a muchas. Una de sus últimas alumnas fue la española María Uriz que recuerda además de sus enseñanzas las tardes en su casa tomando té y escuchando las anécdotas de su vida, "allí descubrí", dice, "lo grande que había sido esta mujer, las relaciones que tuvo con gente muy importante de Europa y el mundo, la admiración que había por ella y lo injusto que es que en España sólo se la conozca como la maestra de María Callas".

Hoy los restos mortales de Elvira de Hidalgo descansan hoy en el pueblo que la vio nacer, en Valderrobres (Teruel). Nos cuenta Manuel Siurana, director de la Fundación Valderrobres Patrimonial que su niño en Milán caducaba en 2020 y decidieron "repatriarlos para que no terminaran en un osario común". Hoy descansa en un espectacular panteón y en el marco incomparable del valle del Matarraña. Aun así, todavía no se le ha hecho justicia en España a una de las sopranos más importantes del siglo XX. Y, por cierto, su van por Estambul, el piano con el que enseñó a María Callas aún se conserva en Museo Pera de la ciudad turca.

Pepe Rubio

Pepe Rubio

Redactor guionista de Hoy por Hoy. Llevo a antena las secciones "Desmontando mitos" , "Viaje de ida"...

 
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