Ciencia y tecnología

Científicos suecos descubren que tener muchas erecciones ayuda a prevenir problemas de impotencia en el futuro

Un nuevo estudio de la revista 'Science' con ratones investiga cómo tratar la disfunción eréctil

Investigación con ratones en un laboratorio. / KONTROLAB

Investigación con ratones en un laboratorio.

Las erecciones regulares podrían ser importantes para mantener la función eréctil, según un nuevo estudio con ratones publicado en Science por investigadores del Instituto Karolinska de Suecia. Más de un 20% de los hombres pueden llegar a sufrir impotencia y este problema aumenta con la edad.

En una nueva investigación con ratones de laboratorio, investigadores del famoso Instituto Karolinska de Estocolmo y la Universidad de Uppsala en Suecia han descubierto que las células del tejido conectivo, llamadas "fibroblastos", tienen una función previamente desconocida y muy importante para conseguir la erección del pene. Y, además, han demostrado que una mayor frecuencia de las erecciones produce más fibroblastos que permiten la erección y viceversa: que una menor frecuencia da como resultado un menor número de estas células que también están en el órgano reproductor de los hombres.

A más erecciones, menos problemas de disfunción eréctil

Por lo tanto, estos científicos creen que han encontrado una nueva vía para poder tratar la disfunción eréctil en los humanos: una especie de gimnasia, que tiene bastantes menos contraindicaciones y riesgos que la Viagra.

"Los fibroblastos son las células más abundantes en el pene, tanto de ratones como de humanos, pero han sido ignorados en la investigación”, afirma Eduardo Guimaraes, investigador del Departamento de Biología Celular y Molecular del Instituto Karolinska y primer autor del artículo. Y añade: "Ahora podemos demostrar, utilizando un método muy preciso llamado optogenética, que tienen un papel muy importante en la regulación del flujo sanguíneo en el pene, que es lo que hace que el pene esté erecto".

El estudio muestra que los fibroblastos median la erección al absorber el neurotransmisor noradrenalina, lo que provoca el ensanchamiento de los vasos sanguíneos del pene. Pero la eficacia de este proceso depende de la cantidad de fibroblastos. "Descubrimos que una mayor frecuencia de las erecciones produce más fibroblastos que permiten la erección y viceversa, que una menor frecuencia da como resultado un menor número de estas células", afirma el investigador principal Christian Göritz.

El cuerpo se adapta

Los investigadores también pudieron demostrar que la cantidad de fibroblastos en el pene se ve afectada por la frecuencia de las erecciones. Cuanto más frecuentes, más fibroblastos y viceversa; una menor frecuencia de erecciones redujo la cantidad de fibroblastos.

"En realidad, no es tan extraño. Si te esfuerzas mucho, tu cuerpo se adapta. Si corres con regularidad, con el tiempo te resultará más fácil respirar mientras corres", afirma Christian Göritz, investigador principal del Departamento de Biología Celular y Molecular del Instituto Karolinska, quien dirigió el estudio.

En cuanto a las conclusiones que se pueden extraer de los estudios en ratones para los seres humanos, Christian Göritz afirma que en este caso existen similitudes significativas. "Los mecanismos básicos de la erección son muy similares en todos los mamíferos en cuanto a anatomía, estructura celular, etc.", afirma este investigador sueco.

Sin embargo, hay una diferencia entre los humanos y la mayoría de los mamíferos, porque nosotros no tenemos un hueso en el pene. Esto implica que una regulación eficaz del flujo sanguíneo es probablemente incluso más importante para la reproducción humana.

Menos fibroblastos con la edad

Los ratones más viejos tenían menos fibroblastos en el pene, lo que también se reflejaba en un menor flujo sanguíneo. La capacidad de lograr una erección disminuye con la edad también en los humanos, lo que podría deberse en parte a una menor cantidad de fibroblastos en el pene.

Por lo tanto, los investigadores creen que sería posible entrenar la capacidad de conseguir una erección para contrarrestar la impotencia, del mismo modo que se entrena la fuerza o la forma física en el gimnasio. "Esto no es algo que hayamos demostrado en nuestro estudio, por lo que es un poco especulativo, pero una interpretación razonable es que es más fácil si se tienen erecciones regulares", subraya Christian Göritz.

Problema

La disfunción eréctil, o impotencia, afecta entre el 5% y el 20% por ciento de todos los hombres, y la incidencia aumenta con la edad. La disfunción eréctil suele afectar negativamente a la calidad de vida y la salud física y psicosocial, tanto del paciente como de su familia.

Los factores de riesgo comunes, además de la edad, son similares a los de las enfermedades cardiovasculares: inactividad, obesidad, hipertensión, tabaquismo, niveles elevados de colesterol y síndrome metabólico.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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