"El dinero que le di para los materiales se lo fundió por el tabique en la mesa de mi casa": la historia de la reforma interminable
La cómica Nerea Garmendia tira de humor y cuenta su última experiencia con la reforma de su piso

"El dinero que le di para los materiales se lo fundió por el tabique": la historia de la reforma interminable
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El mundo de las reformas puede ser una adicción para los más afortunados o todo un infierno para la mayoría de los mortales. Entre cajas y polvo, una obra que estaba planeada para dos semanas se puede alargar a incluso un mes o más. Nuestra compañera Nerea Garmendia se ha asomado a La Ventana para contar un suceso que no la deja dormir desde hace muchos días.
La actriz rogaba por redes sociales ayuda y una empresa comprometida para acabar el estropicio que le había dejado una constructora en su piso de San Sebastián: "Lo que me ha pasado es por desinformación, porque yo no tenía ni idea que a la hora de hacer una reforma hay que pedir un contrato que nos sirva para tener algo a donde agarrarnos en caso de tener problemas. Yo pedí 3 presupuestos y dos me dieron buena espina, pedí referencias pero ha sido todo un desastre. Además, yo he ido de buena, he dado facilidades, pagué el 70% de la obra y la cagué".
"Yo hablé con un señor que decía llamarse José, pero apareció Mohamed"
Pero, no es que se tratase de tirar abajo la casa y construirla de nuevo, era solo cambiar los suelos y arreglar las paredes: "Él empezó una semana más tarde de lo que habíamos pactado. Yo hablé con un señor que decía llamarse José, pero apareció Mohamed que no tenía ni idea de lo que había que hacer en la casa. Yo contacto con una empresa que se supone que debe de hacerlo bien, pero tenía que estar pendiente allí porque estaba todo mal".
Y por mucho que ella estuviera pendiente, la cosa no salió bien: "Me dice José que no da tiempo a poner el suelo recto, se pondrá torcido. Y yo le dije que había que nivelarlo y él dijo que no, que era quien sabía. En media hora vino a mi casa, recogió los bártulos y se fue". Confiesa que se vio de la noche a la mañana vendida, ya que justo al día siguiente debía de entrar una pareja al piso de alquiler y les tuvo que cancelar la reserva.
Y dicen que a la tercera va la vencida, porque la segunda vez no es que fuera mucho mejor: "Yo tengo una amiga que me pasó el contacto de un señor que hacía obras. Dijo que era un señor muy fino, aunque un poco peculiar. Llegó Víctor, pero ya hablaba raro y resultó que era cocainómano. El dinero que le di para los materiales se lo fundió por el tabique de la mesa de mi casa".
Tras varios días que estuvo fuera volvió, y al ver que no había hecho nada, lo echó de la casa y volvió a contactar con otra empresa. Esta última ha sido la solución a todos sus problemas; sin embargo, ahora tiene una denuncia pendiente a las dos anteriores y menos dinero en la cuenta. Garmendia da su reflexión sobre todo lo ocurrido y hace una crítica a los caraduras que hay dentro de la industria: "Me da rabia que los gremios competentes tengan que estar demostrando constantemente que lo son por culpa de unos ineptos".