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Las almohadillas de los perros son mucho más útiles de lo que piensas: estas son sus funciones

Las almohadillas son indispensables para estos animales

Así es la almohadilla de un perro. / mgstudyo

Madrid

Seguro que en más de una ocasión te has quedado mirando fijamente a las almohadillas que tiene tu perro debajo de cada una de sus patas. Es más, probablemente también las habrás tocado en reiteradas ocasiones para verificar que, efectivamente, son tan blanditas como te las imaginabas. A pesar de que están hechas de piel muy resistente, pues tienen que aguantar el peso completo del animal, estas poseen una capa de grasa que sirve para amortiguar sus pisadas. Una característica de lo más especial que protege a estos animales y que evita que cualquiera de sus articulaciones y huesos acaben dañados por cualquier agente externo.

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Sin embargo, estas almohadillas son todavía más útiles de lo que pensabas. ¿Sabías que son una de las pocas partes del cuerpo por las que puede transpirar un perro? Seguro que en alguna ocasión te habrás fijado en que, en días de mucho calor, las almohadillas de tu mascota están un poco más húmedas de lo habitual. Y es completamente normal, puesto que estos animales tan solo cuentan con glándulas sudoríparas en la nariz y en las almohadillas. De esta manera, la suela de los perros resulta fundamental tanto para que el animal transpire como para que pueda regular su temperatura corporal de una forma mucho más eficaz.

Las almohadillas son un gran aislante

De hecho, también actúan como un gran aislante que permite a los perros convivir con las temperaturas extremas del suelo. Dado que estas almohadillas tienen una gran irrigación sanguínea, la sangre se trasladará de una parte de la almohadilla a la otra en escenarios de frío extremo para garantizar que esta se mantenga en todo momento en una temperatura óptima. En escenarios de mucho calor, mientras tanto, el tejido graso de las almohadillas se encargará de regular la temperatura.

A pesar de ello, no es recomendable someter a los perros a temperaturas extremas porque podemos dañarles sus almohadillas y que acaben heridos tanto como consecuencia del frío como del calor. De hecho, es bastante recomendable que revises las almohadillas de forma regular para ver si tienen cualquier herida y evitar así una posible infección. A medida que pasen los años, estas serán más propensas a agrietarse, por lo que se recomienda utilizar cremas hidratantes específicas para prevenir cualquier posible corte o grieta. Para que te hagas una idea, las almohadillas sanas siempre deben ser elásticas y moderadamente ásperas para que puedan proteger a nuestras mascotas en todo tipo de terrenos.

El freno de los perros

Las patas de los perros cuentan con hasta cinco partes: garras, almohadillas digitales, almohadillas metacarpianas, espolones y almohadillas carpianas. Las almohadillas digitales y metacarpianas funcionan como amortiguadores que ayudan a los animales a proteger sus huesos y las articulaciones del pie. Por otro lado, las almohadillas carpianas son consideradas como el freno de los perros y ayudan al perro a caminar sobre pendientes resbaladizas o empinadas junto con el espolón.

Por lo tanto, cada una de las cinco partes de la pata del animal tienen una función asignada que resulta fundamental para el día a día de la mascota. De ahí que su morfología varíe dependiendo del tipo de perro que tengamos. Mientras que las razas más adaptadas a nadar, como el Labrador, tienen los dedos más largos, otros como el galgo cuentan con dedos centrales más largos.

David Justo

(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en...