Misterio científico en Verona: 16 personas enterradas con perros, caballos, cerdos y gallinas hace más de 2.000 años
El hallazgo es "un inusual enterramiento para esta zona del mundo y en esta época"
Madrid
Ocurrió al norte de lo que hoy es Verona, en Italia. Entre los siglos III y I antes de Cristo, dieciséis personas fueron enterradas en una necrópolis local junto a animales (o partes identificativas de ellos). En sus tumbas se han encontrado perros, caballos, partes de cerdos y vacas y hasta una gallina.
El hallazgo se ha publicado en la revista PLOS One y, según sus autores, "insinúa rituales y creencias desconocidos hasta ahora para esta época (entre los siglos III y I A.C.) y en esta zona del mundo". Se sabe que los egipcios colocaban animales "envueltos en vendajes de lino y enterrados con reverencia" en sus tumbas. En el yacimiento tartesio de Casas del Turuñuelo, en Badajoz, se encontraron 52 animales, la mayoría caballos, pero no compartían -como en este de Verona- la tumba con seres humanos.
Por eso la aparición de este enterramiento humano-animal descubierto en Italia -en el Yacimiento arqueológico del Seminario Vescoville- es un misterio. Los autores del estudio, Zita Laffranchi, de la Universidad de Berna; Stefania Zingale, del Instituto de Estudios de Momias de Bolzano, y Umberto Tecchiati, de la Universidad de Milán, dicen que "podrían indicar una relación de compañerismo duradera entre estos humanos y sus animales" pero también se están investigando otras hipótesis como que fuera "una costumbre de una familia concreta" o "prácticas religiosas de sacrificio".
Distintas hipótesis: edades, genética, religión...
Algunas de las tumbas contenían restos de los animales que servían de alimento para los enterrados: varios cerdos, una gallina y parte de una vaca. Así que la primera teoría es que "pudieron representar ofrendas de comida a los muertos". Algo que, por ejemplo, se ha visto en otras culturas como la de los vikingos.
Sin embargo, cuatro de las personas enterradas estaban junto a los restos de perros y caballos. Su carne no formaba parte de la alimentación de la época, según el análisis que los investigadores hicieron de la demografía, las dietas, la genética y las condiciones de entierro de los humanos y animales enterrados.
La hipótesis de que estuvieran los enterrados con animales estuvieran "estrechamente relacionados", por ejemplo, como una familia, casi se ha descartado porque no corresponden los perfiles genéticos.
Las edades de los inhumados tampoco aclaran el misterio. No apuntan a un rito relacionado con los años de vida: hay bebé enterrado con un esqueleto de perro completo, hay un joven enterrado con partes de un caballo, un hombre de mediana edad enterrado con un perro pequeño y una mujer de mediana edad enterrada con múltiples restos: un caballo entero, partes de otro caballo y un cráneo de perro.
Por ultimo, también se apunta el hecho de que perros y caballos eran, a menudo, símbolos religiosos en las culturas antiguas. Por mencionar sólo dos de los multiples ejemplos que podríamos señalar, el perro es uno de los 12 animales de la astrología china y en la mitología griega estaban asociados, por ejemplo, con la diosa de la familia, Hecate.
En todo caso, la falta de patrones entre las tumbas implica, reconocen los investigadores, que "se pueden hacer múltiples interpretaciones de estos enterramientos compartidos entre humanos y animales".
Quizás, simplemente, y es la solución más sencilla para esta historia, este grupo de individuos, sin relación aparente entre ellos, fueron enterrados con los animales que durante la vida les acompañaron. Aunque sea una conclusión sin ninguna base científica, los amantes de los animales saben que quizás lo hicieron por puro cariño hacia ellos.
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación...