"Nos has dejado con una cara...": la petición de la Guardia Civil y la Policía Nacional que ha dejado sin palabras a Francino

En el mundo del periodismo hay noticias que llevan a otras, provocando que lo que al principio podía parecer un suceso puntual se descubra como un problema complejo que afecta a todo un sistema. "Si se va tirando del hilo acabas entendiendo muchas cosas", ha dicho Carles Francino para iniciar La Ventana de este miércoles.

Esto lo ha dicho justo antes de presentar a Daniel Flores, un agente de la Guardia Civil que, en una persecución a una furgoneta de narcotraficantes, resultó gravemente herido en su pierna. "Me han operado dos veces y ahora a los nueve años posiblemente me tenga que someter a otra", ha explicado él. A causa del "dolor que no remite" le tienen ahora que fijar el tobillo con clavos.

Flores ha narrado cómo sucedió todo en mitad de una persecución en la que él y un compañero trataban de parar una furgoneta cargada de hachís. "Aminoró y yo dije 'se va a rendir', pero pegó un frenazo y embistió el lateral de nuestro coche. Golpeó una vez, otra, otra, y de pronto un gran impacto. Perdemos el conocimiento". Cuando despertó, su pierna estaba destrozada. "Estuve tres años de baja".

Con todo, pese a la gravedad de las lesiones y a que le ofrecieron la posibilidad de jubilarse, el agente tuvo claro que su intención era "reincorporarme al servicio". De hecho, tras dos años en fisioterapia (batió un récord) se reincorporó al cuerpo y lo pusieron "a poner sellos de aduanas". "Me dije 'yo no me he reincorporado para poner sellos sentado en una silla como un inválido'", ha contado Flores, que inmediatamente fue a hablar con el capitán y le dijo que o lo ponían a patrullar o se retiraba. Su superior no dudó en concederle la petición.

Una ejecución

Al margen de su propia historia, el guardia civil ha valorado también el asesinato de sus compañeros de Barbate. "No me lo creía. Me puse a llorar", ha confesado. Lo cierto es que, desde el cuerpo, tanto él como el resto de agentes sienten que muchas veces no se les protege lo suficiente, como en el caso del narcotraficante que lo lesionó a él, que tras ser atrapado varios meses después haciendo exactamente lo mismo, fue condenado a cinco años y medio de cárcel. "Me ha dicho mi abogado que a los dos años y medio está en la calle", ha contado Flores, que ha insistido en que a los compañeros arrollados por la narcolancha "los han ejecutado".

También ha sido cuestionado sobre si cree que este nivel de violencia ha sido siempre así o cada vez ha ido en aumento. "Contrabando y tráfico de drogas siempre ha habido", ha respondido él, "pero no con la impunidad que ellos creen que tienen". "Lo que han perdido es el miedo", ha seguido, "les merece la pena los años de cárcel comparado con el dinero que ganan". Más adelante, ha revelado también que al hablar con narcos ya retirados les escuchaba decir que estos estaban "de acuerdo con esto" y que a la Guardia Civil la respetaban.

Justo antes de terminar la conversación, Flores ha querido incidir en la propuesta que desde los sindicatos han elevado a la administración para que tanto a los agentes de Policía Nacional como a los de la Guardia Civil se les reconozca como trabajadores de "profesión de riesgo". "Nos has dejado con una cara...", ha comentado Francino al respecto, ya que en ningún momento había pensado que ambos cuerpos no tuvieran un estatus del que si goza, por ejemplo, la Policía local. Ya lo dijo al principio: tirando del hilo acabas entendiendo muchas cosas.