De programas de humor a novela negra: las muchas facetas de Julio Muñoz Gijón
"Hemos visto tanto 'true crime' que, cuando te pones delante de alguien que lo ha hecho, todo decepciona, parece mucho más chapucero", cuenta el comunicador
Madrid
Con True crime (el crimen real), editada por El Paseo, Julio Muñoz Gijón suma catorce títulos publicados. Su serie El asesino de la regañá ya ha superado los cien mil ejemplares vendidos, pero, en este nuevo proyecto, abandona el humor y se atreve con el género de novela negra más "puro".
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A Julio Muñoz Gijón le conocen como Rancio. Resumir su trayectoria es tarea compleja: periodista de profesión, el sevillano es autor de novelas, dirige programas de radio, ha creado una marca de cervezas y ha trabajado con la Selección Española de Fútbol, entre otras experiencias. Nos cuenta, incluso, cómo fue Luis Rubiales quien le despidió de este último puesto: "Me dijo que él y yo no nos íbamos a entender". En Cadena SER Andalucía, Julio se encuentra al frente de La Cámara de los Balones y No Puede Ser, dos espacios en los que el humor es protagonista. Sin abandonar esta faceta, el pasado noviembre, publicó True crime (el crimen real): la historia de una directora de productos televisivos que, en el medio de la producción de un documental sobre un asesinato, se encuentra con un caso policial.
Durante los últimos años, Julio Muñoz ha trabajado como guionista en diversos proyectos documentales sobre delitos, dentro del género true crime, en un puesto similar al de James, la protagonista de su novela. Esta profesión le ha permitido entender mejor cómo funciona la mente de quién los concibe y su persecución. "Te intentan utilizar", cuenta sobre sus encuentros con, entre otros, narcotraficantes o estafadores. Si bien le han servido como fuente de documentación, confiesa que le han llevado a pasar miedo. Explica, sin embargo, cómo el true crime ha generado una imagen de la mente de los delincuentes que, según su experiencia, se aleja de la realidad: "Hemos visto tanto true crime que, cuando te pones delante de alguien que lo ha hecho, todo decepciona, parece mucho más chapucero".