Después de Galicia
Cuidado con extrapolar demasiado. Su cosecha en votos, similar a la de las izquierdas en conjunto, desautoriza la lectura de que estas han desaparecido. Con la calma, que para eso falta mucho, si no todo
El análisis de Xavier Vidal-Folch | Después de Galicia
01:19
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1708358835954/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Ha ganado el PP en Galicia. Con todos los requisitos. Reconocer su legitimidad para gobernar es un deber democrático. Y supone distinguirse, para bien, de quienes nunca lo hacen en otros escenarios.
¿Significa este resultado del PP una victoria personal de Alberto Núñez Feijóo? Sí, en una lectura genérica, porque es el presidente de ese partido. Y también en un sentido, digamos, defensivo: porque si los populares hubiesen sido derrotados, su liderazgo habría quedado muy tocado.
Pero cuidado con extrapolar demasiado. Su cosecha en votos, similar a la de las izquierdas en conjunto, desautoriza la lectura de que estas han desaparecido. Con la calma, que para eso falta mucho, si no todo.
El secreto del PP gallego es que ha logrado concentrar el voto conservador, como ha solido en esta comunidad. Pero eso no parece posible en otras autonomías. Podemos vaticinar que no lo logrará en la próxima cita electoral, en el País Vasco. Y no parece muy probable que eso suceda en toda España. De momento, la fórmula gallega es estrictamente gallega.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...