¿Dejarías que te opere alguien que lleva 20 horas sin dormir?
Hablamos con Tamara Contreras, la médico intensivista que recoge firmas para pedir la supresión de las guardias sanitarias de 24 horas: "El sistema pone en peligro la salud de los pacientes y la de los profesionales"
¿Dejarías que te opere alguien que lleva 20 horas sin dormir?
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"Hoy he tenido guardia. He estado 20 horas despierta, 18 de ellas trabajando. Anoche el busca del hospital sonó a las 3 de la mañana, me temblaban las piernas del cansancio y el estrés. Un chico de 21 años se desangraba. Cinco minutos antes soñaba no recuerdo el qué y de repente le estaba canalizando para trasfundirle sangre e intubándole para evitar una parada cardíaca. A las 7 de la mañana conseguimos que se estabilizara. Me costaba hilar una frase. Me caían los párpados y la cabeza me martilleaba. Y no fue una excepción. Esta es la realidad de nuestro actual sistema sanitario, que obliga a que los médicos hagamos jornadas de 24 horas".
Este es un fragmento de la petición que Tamara Contreras, médico intensivista que trabaja en la UCI de un hospital público ha publicado en Change.org bajo el lema "No podemos más". "El objetivo es modificar un sistema de guardias que nació en los años 70 como una fórmula de expectativa de trabajo que permitiera atender posibles urgencias y que, como fruto de la presión asistencial, se ha convertido en jornadas maratonianas de trabajo a destajo sin descanso.
Pierden la capcidad de reacción por el cansancio
"Es algo que está normalizado pero que en absoluto es correcto ni recomendable. Y está detrás de muchas renuncias. Médicos que se marchan a la privada, o que emigran al extranjero en busca de mejores condiciones o especialidades que empiezan a vaciarse en la elección de los MIR en busca de otras que conllevan mayor calidad de vida", lamenta Contreras. "Por eso decidí, casi como una terapia colectiva, visibilizar esta situación pero nunca pensé que iba a tener esta repercusión".
Entre las muchas adhesiones y testimonios de profesionales que se han puesto en contacto con Tamara figura la de Juan, el anestesista que denuncia que tras doce horas en quirófano se ve obligado a atender emergencias de accidentes de tráfico o cesáreas urgentes cuando "ni estás fresco ni tienes la misma capacidad de reacción", o Marina, la médico de atención primaria que reconoce que "pregunta varias veces lo mismo a sus pacientes porque después de 18 horas trabajando, le cuesta concentrarse y a su cabeza le cuesta pensar con agilidad". Ignacio, médico en el mundo rural explica que cuando tiene guardia empieza "a las ocho de la mañana y al día siguiente enlazo con mi consulta ordinaria, lo que quiere decir que hago 31 horas. Luego, como vivo a cien kilómetros de mi lugar de trabajo tengo que coger el coche y más de una vez he tenido problemas en la conducción".
Para Paulina, angióloga y cirujana vascular, ahora de excedencia en la sanidad privada "es un disparate que se sigan tolerando estas jornadas en una profesión donde literalmente tienes la responsabilidad sobre vidas ajenas, con la humillación adicional de que esas horas ni siquiera computan a efectos de la jubilación".
El dinero, el principal problema
Tamara Contreras admite que si esta situación se ha prolongado tanto tiempo es por motivos económicos. "Al sistema le sale más barato, porque suprimirlas obligaría a aumentar las plantillas y faltan médicos. Y por otro lado, esas guardias suponen un bocado muy grande en los salarios de los médicos, representan más de la mitad y en algunos casos incluso más de la retribución mensual. Hay que tener en cuenta que el sueldo base de un médico en España puede rondar los 1.200 euros, con complementos y grandes diferencias entre comunidades autónomas se puede llegar a los 2.000 y pico euros. El resto corresponde a las guardias de 24 horas".
Por eso la campaña de recogida de firmas reclama dignificar el sueldo base y reorganizar el sistema sin penalizar económicamente a los médicos logrando jornadas laborales para todos ajustadas a la salud mental y física de los profesionales que permitan prestar una atención a las pacientes en las mejores condiciones posibles. Algo que ya se ha modificado en Reino Unido, con guardias que no superan las 12 horas continuadas.
"Somos personas, no máquinas, y cargamos con una responsabilidad inmensa cuando fallamos. Lo que te encuentras de verdad en los hospitales y en los centros de salud no se estudia en la carrera ni en el MIR. Es entonces cuando llega la parte humana, apasionante, pero también muy dura". Contreras se siente ya satisfecha con el mero hecho de visibilizar el problema y romper el muro de silencio que lo rodea, pero no renuncia a obtener resultados. "Nuestra esperanza es que en el ministerio de Sanidad se muestren receptivos. Tenemos una ministra que es colega, es anestesista, y ella sabe perfectamente de lo que estamos hablando. Confiamos en que esta vez sí pueda cambiar algo".