Enfermo, héroe y solitario

Madrid

Juan Carlos Unzué es un personaje extraordinario. Porque lo es, y no lo aparenta. Futbolista de éxito en el Sevilla, entrenador cordial en el Barça, activista humanitario y comentarista deportivo. Enfermo, y héroe, padece desde el 2020 la ELA (la Esclerosis Lateral Amiotrófica), esa cruel enfermedad mortal que te consume día a día, te reduce, te comprime, te destruye el cuerpo: y que exige de tu gente más cercana una entrega total. Es duro vivir así.

Y es más duro que quienes deberían sintonizar con los enfermos se evaporen. Ahí sí hay consenso, se evaporan los de los partidos del Gobierno y los de la oposición: una vergüenza que cae sobre todos.

Ha sucedido hoy en el Congreso de los Diputados. Estaban Juan Carlos y otros amigos ahí, casi solitarios, testimoniando sobre su vida y reclamando que la proposición aprobada por unanimidad en 2022 se reactive. Pero le escuchaban muy pocos, sólo cinco parlamentarios. Les ha dicho: “Imagino que el resto de diputados tendrá algo muy importante que hacer, porque hemos venido a vuestra casa, sabéis lo que ha costado a muchos de mis compañeros estar aquí, no solo económicamente, sino de esfuerzo físico. Espero que esto quede grabado y nos escuchen. Les pediría voluntad para tramitar esa ley, para que esas ayudas lleguen lo antes posible, y empatía, para que, aunque sea un ratito, se pusieran en nuestro lugar para entender nuestras necesidades y reivindicaciones".

Esperando esa ley que facilitará la ayuda a los enfermos, y a sus familias, han muerto 2.200 afectados.

Somos muchos los que admiramos a Unzué. Somos muchos quienes deseamos que pueda ver en plenitud de vida su deseada ley.

¿Es mucho pedir?

Por justicia. Por respeto. Por dignidad.