"Uno de cada tres españoles cree todavía que ETA tuvo algo que ver con el 11-M"
Aimar Bretos entrevista a Víctor Sampedro Blanco, autor de 'Las voces del 11-M. Víctimas de la mentira'
Madrid
En unos días, se van a cumplir veinte años de los atentados del 11 de marzo en Madrid. Murieron 192 personas y más de 2.000 resultaron heridas después de que diez explosiones reventaran los vagones de cuatro trenes de la Red de Cercanías en plena hora punta. Ese 11 de marzo no éramos conscientes de que ese día iba a ser un parteaguas en la sociedad española, porque cogió vuelo la teoría de que detrás de los atentados no estaba Al Qaeda, sino ETA. Según los defensores de esta tesis, los atentados los había perpetrado ETA para que la izquierda llegase al poder, pero que se habían manipulado las pruebas para ocultarnos la verdad.
Esas acusaciones tan graves calaron en una parte de la sociedad española y provocaron un inmenso dolor a los que defendieron la verdad frente a las teorías de la conspiración. Para algunas de esas personas las consecuencias fueron devastadoras. Víctor Sampedro Blanco, catedrático de Comunicación Política en la Universidad Rey Juan Carlos I, ha recogido los testimonios de aquellos que, desde diferentes ámbitos, plantaron cara a las teorías de la conspiración. El resultado es 'Las voces del 11-M. Víctimas de la mentira' (Planeta).
Las entrevistas de Aimar | Víctor Sampedro Blanco
25:00
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La institucionalización de la mentira
"Hay un antes y un después del 11-M. A partir de ese día se institucionaliza la mentira y se convierte en una moneda de uso corriente en el combate político", explica el catedrático. Niega que existiera buena fe, sino que se trató de una "guerra de audiencias" que le costó el puesto a Gumersindo Lafuente y a José Antonio Zarzalejos. Zarzalejos se negó a amparar la tesis de que era ETA y eso le costó su puesto como director del periódico ABC y una campaña de desprestigio al principal periódico conservador. Lafuente, por su parte, dirigía Elmundo.es. Desde el primer momento tuvo claro que estaba inmerso en "una guerra de audiencias brutal" y se negó a "publicar contenidos editoriales que no estuviesen probados por el sumario o por un peritaje mínimo". También se quedó sin trabajo.
El autor de "Las voces del 11-M. Víctimas de la mentira" descarta que hubiera buena fe, porque "no existe en la historia del periodismo occidental contemporáneo que medios de esta envergadura boicotearan a la competencia". Las informaciones que se publicaron en los meses después del atentado han dejado poso. "Las últimas encuestas y sondeos lo que dicen es que uno de cada tres españoles con edad de votar suscriben que ETA tuvo algo que ver en los atentados del 11-M. Uno de cada tres. No hay el más mínimo indicio, ni documento, ni testimonio, ni prueba pericial que sostenga algo así".
Marisol Rojas
Trabaja en la Cadena Ser desde 2007. Empezó madrugando en Hoy por Hoy y ahora trasnocha en Hora 25....