Un viejo satélite europeo de 2,2 toneladas ha caído sobre el océano Pacífico
Según los últimos cálculos del Centro de Control de la Agencia Espacial Europea, el satélite ERS-2 se ha precipitado sobre el océano Pacífico en un área comprendida entre Alaska y las Islas Hawai a las 20:30 hora española.
Al ERS-2 se le llamaba el “abuelo” de los satélites de teleobservación, porque pesaba más de dos toneladas y fue uno de los primeros que lanzó Europa hace ya casi 30 años y que dejó de funcionar hace 13 años.
Al atravesar la atmósfera terrestre, las altas temperaturas que provoca esta fricción ha quemado la mayor parte de sus equipos , pero algunas partes de este satélite europeo pueden haber caído al mar, como la antena o sus depósitos de combustible, porque han sido diseñados para poder soportar un calor extremo.
No hay peligro
Sin embargo, según los ingenieros espaciales, las posibilidades de que estos fragmentos hayan caído en áreas pobladas y causen daños son “escasas”
Además, desde la ESA se resalta que ninguno de los elementos de este satélite europeo que podrían haber caído al Pacífico “no es radiactivo ni tampoco tóxico", como subraya Mirko Albani, que trabaja en el Departamento de Observación Terrestre de la ESA.
Los dos satélites de la serie ERS son “gemelos” y fueron lanzados por la ESA en la década de 1990 con la misión de realizar tareas de teledetección terrestre desde el espacio.
En su época, tanto el ERS-1 como el ERS-2, eran los satélites de teleobservación más sofisticados fabricados por la industria aeroespacial. Porque su misión era compleja: vigilar las inundaciones, medir las temperaturas en todo el globo terráqueo, detectar los movimientos del suelo provocados por los terremotos o evaluar los cambios en la protectora capa de ozono.
Otro gemelo
ERS-2 es el primero del dúo que ha regresado a la Tierra, atrapado por la fuerza de gravedad de nuestro planeta, tras funcionar durante años en una órbita situada a 780 kilómetros.
Los técnicos de la ESA usaron sus últimas gotas de combustible en 2011 para reducir su altitud a 570 kilómetros y, este modo, adelantar su destrucción para evitar más problemas con este tipo de enorme chatarra espacial.
Mientras tanto, el ERS-1 falló, de forma repentina, antes de que los ingenieros pudieran reducir su altitud y, por esa razón, aún se encuentra a más de 700 kilómetros sobre la Tierra y, a esta distancia, podrían pasar 100 años antes de que caiga sobre la Tierra.
Ahora mismo, más de 5.000 satélites orbitan alrededor de nuestro planeta y el problema de la basura espacial es cada vez más grave, porque el 28% de estos vehículos espaciales están ya abandonados y se mueven sin ningún tipo de control.
Reportaje EP68 | Viaje al centro de la nada: así es el punto Nemo, el basurero del espacio
Javier Gregori
Periodista especializado en ciencia y medio ambiente....