La bondad artificial
"Hoy, lo artificial está en nuestros cuerpos. Sin las prótesis artificiales, mucha gente viviría muy mal o, peor aún, no estaría viva. Y también, lo artificial empieza a formar parte de nuestras mentes"
La bondad artificial
Barcelona
Antiguamente, lo artificial tenía mala fama. Una persona tildada de artificial no merecía mucho aprecio. Nadie se fiaba de la gente artificial, pues lo natural estaba mejor considerado. Cualquier rosquilla que llegara empaquetada llevaba todas las de perder ante otra hecha en casa. Entonces, no había comida de colores. También la belleza artificial era un desprestigio. Era como hacerle trampas a la vida. Porque la belleza natural consistía en lavarse la cara por la mañana y empezar así el día. Ahora es otra cosa. Hoy, lo artificial está en nuestros cuerpos. Sin las prótesis artificiales, mucha gente viviría muy mal o, peor aún, no estaría viva. Y también, lo artificial empieza a formar parte de nuestras mentes. De momento, la inteligencia artificial nos ayuda desde fuera, nos da ideas, propone soluciones; pero acabaremos pensando igual que ella. Todo se pega, menos la hermosura, excepto la artificial. Visto con optimismo, puede decirse que la inteligencia artificial nos hará pensar más rápido, sin prejuicios y relacionando ideas aparentemente incompatibles. Pero hoy ya no decimos relacionar, ahora decimos conectar. Es señal de que ya vamos por ese camino. Tenemos políticos que hace tiempo que actúan como una inteligencia artificial. Lo llevan incorporado de nacimiento. Son otra generación. Cuando, dentro de poco, el cuerpo artificial, la inteligencia artificial y la belleza artificial estén muy desarrollados y juntos formen un todo, será el momento de crear la bondad artificial para controlar todo eso. Entonces, los científicos recorrerán la historia de la humanidad en busca de gestos de bondad para inspirarse y tomarlos como referentes. Así es como nosotros podemos ayudar al futuro, cultivando la bondad natural. Es lo último natural que nos queda.