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El Liverpool de las lesiones rescata la Carabao Cup con gol de Van Dijk en los últimos minutos de la prórroga

Los de Klopp son campeones de la Copa de la Liga en un partido tenso y en el que vieron otro gol anulado de su capitán

Virgil Van Dijk celebra el gol de la victoria en la Carabao Cup ante el Chelsea / Robbie Jay Barratt - AMA

El eterno 0-0 al que parecen estar condenadas las finales entre Liverpool y Chelsea fue roto por un cercanías llamado Virgil Van Dijk. El holandés, en un equipo plagado de adolescentes, apareció en el minuto 118 de la prórroga para quebrar el empate y dar a los 'Reds' su décima Copa de la Liga ante un Mauricio Pochettinio que sigue sin saber lo que es ganar un título en Inglaterra.

Tras un gol anulado al propio Van Dijk, una expulsión perdonada a Moisés Caicedo, dos palos, infinitas ocasiones y un Liverpool que tuvo que recurrir a varios adolescentes por la falta de jugadores, Jürgen Klopp lo volvió a hacer y da un título más, quien sabe si el último a su club. Con suspense, a dos minutos de otra tanda de penaltis, pero de forma merecida, el Liverpool vuelve a levantar un trofeo que ya ganó hace dos años.

Esperar goles era poco más que una utopía, con los precedentes anteriores, las finales de Copa de la Liga y FA Cup de 2022, ambas acabadas en la tanda de penaltis tras sendos 0-0. Es cierto que poco se parecen estos equipos a los de hace dos años, en el caso del Liverpool por las infinitas bajas y en el del Chelsea por le reconstrucción de 1.000 millones llevada a cabo por Todd Boehly, pero la sensación de que no iba a haber muchos goles seguía ahí.

Con un Liverpool sin un tridente titular, con Cody Gakpo, Luis Díaz y Harvey Elliott y el Chelsea, acostumbrado a no ver puerta, el partido fue un carrusel de imprecisiones en las porterías, salpicado con las controvertidas decisiones del árbitro y el VAR.

Chris Kavanagh, uno de los más respetados colegiados de Inglaterra, no vio una tarjeta roja directa a Moisés Caicedo por destrozar el tobillo de Ryan Gravenberch. El holandés se fue en camilla y Kavanagh ni revisó la jugada en el VAR ni sacó amarilla. Klopp, con doce jugadores en la enfermería, estalló en la banda, no dando crédito a lo que acababa de pasar.

Mientras, Kelleher, uno de los tantos parches del Liverpool, salvó una disparo a bocajarro de Palmer en el área pequeña y el VAR anuló por fuera de juego un tanto de Raheem Sterling. Gakpo tuvo un cabezazo al palo, Elliott una volea peligrosa y Van Dijk un gol que nadie protestó. El holandés, en una falta lateral botada por Andy Robertson, cabeceó el 0-1, calcando un tanto que le hizo al Luton Town entre semana. Se encendieron decenas de bengalas en la grada y se dio por hecho que la diana fue legal.

Hasta que el VAR avistó un fuera de juego posicional de Endo, que molestó a Lewis Colwill para llegar a por el balón. Tras ir Kavanagh al monitor, decidió invalidarlo. Más incredulidad para Klopp, que tenía que lidiar con el VAR, con el árbitro y con una plantilla en las últimas. Ante la falta de jugadores del primer equipo, tuvo que recurrir como cambios a Clark y McConnell, de 19 años, y a Danns, de 18. En el banquillo incluso esperaba su turno un chico de 16.

Pese a ser un Liverpool de emergencia, con los dorsales 62, 47, 84, 42, 53, 76 y 78 sobre el campo, el equipo de Pochettino no despertó hasta ese gol anulado a Van Dijk. Con olor a bengalas en el aire, Gallagher se encontró con la madera tras un jugadón de Palmer, mientras que Disasi falló, a merced de su calidad de defensa y no de delantero, un balón solo en el segundo palo.

Con el Liverpool acusando el esfuerzo físico y la inevitable prórroga a la vuelta de la esquina, Conor Gallagher erró un mano a mano, un disparo desde dentro del área en el que buscó la escuadra y Nkunku, Palmer y Malo Gusto desperdiciaron una triple ocasión en la que Kelleher tiró de reflejos para salvar al Liverpool en el descuento.

Con un Liverpool adolescente en Wembley, el Chelsea fue incapaz de tomar las riendas del encuentro y capitaneados por un incansable Luis Díaz, los 'Reds' fueron superiores en la prórroga, ansiando el premio de un gol que parece maldito en estos enfrentamientos. Elliott, en un cabezazo en el segundo palo, lo rozó con la yema de los dedos, pero la gloria fue para Van Dijk. El central, en un córner a dos minutos del final, apareció como un obús en el primer palo y cabeceó, esta vez sin oposición de la tecnología el tanto que evitó los penaltis y dio su décima Copa de la Liga al Liverpool.

Los 'Reds' son el equipo más laureado de esta competición, con dos trofeos más que el Manchester City. Pochettino, sin embargo, continúa sin ganar un título en Inglaterra.

 
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