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Antifémina de Colita: otra mirada a las mujeres

El Círculo de Bellas Artes de Madrid recupera el trabajo fotográfico de la barcelonesa Isabel Steva Hernández, más conocida como Colita, que falleció de manera inesperada preparando esta exposición el pasado 31 de diciembre. La muestra tiene a la mujer como protagonista absoluta, una mirada crítica y comprometida que le otorga el lugar que se merece

Entrando al mar. Sitges, 1966 del Archivo Colita.

Hablar de Colita es hablar de la alta burguesía catalana durante los años de la Transición, pero también de las chabolas del Somorrostro, del cante jondo, del disco 'Mediterráneo' de Serrat y de personajes como García Márquez, Orson Welles o Ana María Matute. Todos pasaron por el objetivo de Isabel Steva Hernández, más conocida como Colita, diminutivo que le puso su padre que le contó que había nacido debajo de una col, y que falleció de manera inesperada el pasado 31 de diciembre mientras preparaba la exposición que ahora abre sus puertas en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en colaboración con La Fábrica. 'Colita. Antifémina' recupera el trabajo fotográfico de la autora barcelonesa, publicado en formato libro en 1977, y que poco después fue censurado, con textos de la escritora Maria Aurèlia Capmany.

"'Antifémina' es el resultado de una serie de investigaciones realizadas durante el Franquismo que pretendían mostrar la imagen subversiva de una mujer sometida duramente a un régimen patriarcal" ha explicado Valerio Rocco, director del Círculo, en la presentación de la muestra que estará abierta hasta el próximo 5 de mayo. Todo ese trabajo lo publicó en 1977 Editora Nacional pero el libro apenas duró unos meses en el mercado. Un nuevo director decidió que el contenido no era el adecuado y la publicación fue retirada. En 2021 se logró hacer una reedición y ahora esta exposición recupera aquel trabajo.

Putas en el barrio chino. Barcelona, 1969 del Archivo Colita

Putas en el barrio chino. Barcelona, 1969 del Archivo Colita

Las fotografías fueron realizadas por Colita en plena transición, son imágenes que la autora fue haciendo a mujeres de diferentes clases sociales, a lo largo de más de 20 años y en diferentes estados: retrató el mundo de las gitanas del Somorrostro y Montjuïc, las trabajadoras de las fábricas, las bodas de sus amigas, la vejez, la prostitución. Fue años después cuando surgió la idea del libro. Era una historia que contaba la propia Colita. "Con Maria Aurèlia ya había trabajado en más ocasiones, formaban parte de la escena cultural barcelonesa de aquellos años, y un día en la panadería, porque eran vecinas, Maria Aurèlia le dijo que tenía muchas fotos de mujeres y le propuso hacer un libro. Así fue, el germen de la exposición está en una panadería", ha explicado el comisario Francesc Polop, entre risas.

Artista profundamente humanista, Colita siempre miró a las mujeres ha explicado Polop, "cuando hacía un trabajo las miraba y les decía, te estoy viendo. Es lo que hoy llamamos sororidad. Las miraba y les decía te tengo en cuenta, se lo decía con compasión, con cariño, con amor". Las imágenes van acompañadas de los textos de la escritora barcelonesa Maria Aurèlia Capmany y ayudan a interpretar las fotografías que "retratan mujeres normales que hacen cosas normales, mujeres que se casan, que trabajan, que envejecen, que se prostituyen, que se exhiben, todo pertenece a una realidad y como dice Maria Aurèlia no hay nada más subversivo y revolucionario que la realidad".

Los textos de Capmany nos interpelan directamente sobre los temas planteados. Sobre la vejez escribe "un hombre viejo es todavía un hombre aunque sea viejo. Una mujer vieja no es nada". Sobre el trabajo, "siempre que se representa el símbolo del trabajo se suele representar a un hombre. Eso quiere decir que, en teoría, la mujer no trabaja" o "la mujer sigue trabajando convencida de que es una intrusa en el mundo del trabajo". O a propósito de los piropos reflexiona "la mujer tiene que sentirse halagada y apabullada a la vez. Halagada porque es importante que un individuo del sexo masculino se digne a fijarse en ella y apabullada porque lo correcto es que se sienta acorralada y perseguida, sin otra arma que el silencio y el rubor".

Colita en La Pedrera. Barcelona, 1978 del Archivo Colita

Colita en La Pedrera. Barcelona, 1978 del Archivo Colita

La exposición muestra 94 de las 176 fotografías que contiene el libro, divididas en diez capítulos, los mismos en los que se divide la publicación y que abordan la vejez, el matrimonio, el trabajo, la religión, la prostitución, la cosificación, la marginación, las modelos, el disfraz y el piropo. Es la primera exposición tras su fallecimiento y su último proyecto, en el que trabajó ilusionada hasta el último momento, ha contado emocionado Polop, también dueño de su archivo. Su mirada feminista y crítica cobra otra dimensión, tanto Colita como Maria Aurèlia "fueron dos mujeres que no tuvieron miedo, que se lanzaron al ruedo de la vida cuando era muy difícil". Según Polop la muestra es más oportuna que nunca porque aunque se ha conseguido avanzar hay que "seguir luchando porque sigue habiendo violencia y patriarcado que daña a las mujeres".

 
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