La crueldad
Puig Antich no supo hasta el último momento cómo lo iban a matar. Cuando vio el garrote vil, sólo pronunció '¡Qué putada!'
Punto y 25 | La crueldad
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Madrid
La crueldad. Pasado mañana se cumplirán 50 años del ajusticiamiento del joven anarquista español Salvador Puig Antich, 'Hora 25', emitió ayer un programa extraordinario que se puede ver en podcast en el que de nuevo se ponían en duda las causas del Consejo de Guerra que le condenó a la ejecución por ser el autor de la muerte de un subinspector de policía en el atraco a un banco. Pero el programa, sobre todo, destacó la crueldad de su ejecución en los últimos años del franquismo, el espantoso garrote vil. El garrote vil es un collar de hierro atravesado por un tornillo acabado en una bola. Al girarlo causaba la víctima la rotura del cuello. En muchos casos, así se alargaba la agonía del condenado. Puig Antich no supo hasta el último momento cómo lo iban a matar. Cuando vio el garrote vil, sólo pronunció '¡Qué putada!'. Aquel 2 de marzo de 1973 les fue aplicado el garrote vil a Puig Antich y a un preso común de origen alemán llamado Heinz Ches, a quien nadie recuerda. Ellos fueron los penúltimos ajusticiados del franquismo. Los últimos fueron cinco militantes de ETA y del FRAP, aunque fueron fusilados. Es difícil encontrar otro monumento a la crueldad humana, como aplicar en pleno siglo XX el garrote vil. En sentido contrario, en el programa conmueve la amistad y el acompañamiento a Salvador Puig Antich de su carcelero. Es de lo poco que hay de piedad en un caso espantoso.
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en...