Máximo confort

Madrid

Se oyen por ahí muchas quejas sobre el precio de los alquileres. Y eso es porque la gente no confía en el mercado. Pero el libre mercado siempre encuentra soluciones. Esta semana, por ejemplo, se ofrecía un piso céntrico en Madrid por sólo 400 euros mensuales. Una ganga. Para que luego vayan diciendo. Ojo, no se hagan ilusiones porque, según parece, ya está alquilado. El piso en cuestión está a sólo 15 minutos a pie del Estadio Bernabéu y tiene de todo. Ventana, sillón cama, calentador, mesa y cocina en un solo mueble, ducha y un microondas sobre la puerta. Máximo confort en seis metros cuadrados. El retrete, de uso exclusivo, se encuentra en otro sitio a cierta distancia, pero más cerca que el Bernabéu. O sea, que el retrete también es céntrico. Hay más ventajas. La vivienda de 400 euros mensuales está rodeada de pisos turísticos, por lo que puede decirse que se halla en una comunidad animada y con ambiente. Y carece de habitación de invitados, incluso carece de sofá, lo que resulta muy eficaz para disuadir a esos parientes y amigos gorrones que se te meten en casa y se quedan 15 días. Puede que a alguna familia los seis metros cuadrados le parezcan pocos. Amigos, esas cosas hay que pensarlas antes de procrear. Madrid, como las demás ciudades españolas, dispone de una extensión limitada. Y si empezamos a añadir metros cuadrados a las viviendas, ¿dónde metemos los 20.000 bares y restaurantes? ¿Dónde metemos a los casi ocho millones de turistas? No me salgan con que antes los pisos eran más grandes y más baratos. Recuerden lo que escribió el poeta Dámaso Alonso hacia 1940, Cuarto Año Triunfal del franquismo: “Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro”. ¿Ven cómo estamos mejor? Ahora los cadáveres somos muchos más de un millón. Y en el nicho tenemos microondas, sillón cama y un retrete a la vuelta de la esquina. La gente se queja por vicio. Me llamo Enric González. Les deseo un feliz y espacioso día.