El ruido rompe el silencio

Madrid

El ruido rompe el silencio. Eso sigue ocurriendo en la política. Cada día más. Aquí, y en Estados Unidos. La candidata conservadora de orden, Nikky Haley, ha perdido estrepitosamente frente al candidato conservador del desorden, Donald Trump. Será este quien, después de sus avasalladores resultados en el Supermartes preelectoral, vuelva a optar a la Casa Blanca, contra el demócrata Joe Biden.

Destilan tristeza, estas primarias republicanas. No solo porque una mujer, y de 52 años, haya quedado barrida por un señor desgastado y de esos que actúan como tapón contra los nuevos. Si no porque este solo grita e insulta, y comete actos que son presuntos delitos, y falsea sus declaraciones a Hacienda. Un tipo que si falla el presidente en activo, el demócrata Joe Biden, quien anda flojo, se convertiría otra vez en inquilino de la Casa Blanca.

Nikky Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y ex embajadora de Estados Unidos ante la ONU, ha sabido perder con elegancia. “Aunque no seré la candidata”, ha reconocido, “no pienso dejar de levantar mi voz para defender las cosas en las que creo”.

Fíjense bien: no dice las cosas que me convienen; no dice las cosas que pueden auparme a un cargo superior; no dice las cosas que más perjudiquen al otro; no dice las cosas que puedan traerme una victoria en una disputa electoral. Dice, “las cosas en las que creo”. Mientras haya gente así, en la derecha como en la izquierda, no todo está perdido para la causa democrática.