Tenías razón, Ricardo

Madrid

Mañana se cumple el 20 aniversario del asesinato de Ricardo Ortega, un periodista español, extraordinario reportero, que no quería hablar de nada que no hubiera visto con sus propios ojos y que pagó con su despido como corresponsal en Nueva York su negativa a dar como cierta la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. Ricardo Ortega murió tres años después, en 2004, mientras relataba lo que ocurría en un país que no llama nunca la atención de nadie y que sufre como nadie desde hace décadas la descomposición del Estado: Haití.

No se sabe bien de donde procedía la ráfaga que acabó con su vida, quizás fueron marines norteamericanos, quizás una banda de delincuentes no identificado. Veinte años después, Ricardo Ortega habría seguido luchando por colocar a Haití en el mapa de las peores catástrofes humanitarias. Y una vez más habría denunciado el mísero papel que desarrolla en Haití, Naciones Unidas, incapaz de mantener un contingente de cascos azules que ayude eficazmente a recuperar el orden y dispuesta ahora a confiar esa misión a un grupo de policías keniatas. La ONU perdió todo su prestigio en Haití con actuaciones lamentables: nunca reconoció, por ejemplo, las violaciones cometidas por algunos de sus soldados. Una vergüenza. Tenías razón, Ricardo.