"Es muy difícil lo que el pueblo está viviendo": un sacerdote de Haití explica cómo se encuentra la sociedad tras las últimas revueltas
Hablamos sobre la situación actual del país caribeño ante las horas de caos y anarquía que reinan en él actualmente
"Es muy difícil lo que el pueblo está viviendo": un sacerdote de Haití explica cómo se encuentra la sociedad de Haití tras las últimas revueltas
La violencia que ha azotado las calles de Haití ha supuesto el control total del país por parte de los barbaros. En las últimas horas el salvajismo ha ido a más, si eso era posible, y ha supuesto un punto de no retorno para primer ministro Ariel Henry. El político ha tenido que dimitir ante 15 días de anarquía que comenzaron mientras él se encontraba de viaje en Kenia. Las bandas del crimen organizado provocaron la huida de más de 3.000 reclusos de las cárceles, y Nicolás Castellano, periodista de guerra, y Paul Belote, sacerdote jesuita y director nacional de Fe y alegría en Haití, se han asomado a La Ventana para explicar en qué punto se encuentra el país.
Hace catorce años, a principios de enero, sucedía un terremoto que sacudía el mar del Caribe y dejaba más de 200.000 fallecidos en Haití. Miles de millones de dólares fueron recolectados en todo el mundo para ayudar a reconstruir un país que lo había perdido todo. Antes de esta tragedia, ya se coronaba como uno de los países más pobres de América y tras esto, fue sucedido por el caos y el descontrol. Explica Castellano que desde el año 2020 no han habido ni diputados ni elecciones en su política y, cada día más, es gobernado por las bandas urbanas. El panorama nacional e internacional ha cambiado drásticamente.
"Ojalá que podamos vivir momentos de calma con la dimisión del primer ministro"
"Desde que entramos en una crisis muy profunda tras el terremoto de 2010, lo que vemos a través de la ventana es la desolación encabezada por los malos gobiernos del país y radicalizada por las bandas armadas. Es muy difícil lo que el pueblo está viviendo", reconoce Belote. Indica el sacerdote que ya no es posible ni la educación, ya que las escuelas son utilizadas por las familias para refugiarse ante el descontrol de los barrios.
El panorama nacional e internacional ha cambiado drásticamente. La Organización de las Naciones Unidas ha tenido que huir de Haití y su naturaleza ha perdido también todo el encanto, ya que se ha producido una tala masiva de árboles para que las familias pudiesen cocinar y calentarse durante el invierno. "Estas revueltas provocan las salidas de muchas familias sin destino. Hoy en día la ayuda humanitaria no puede llegar porque son zonas controladas por bandas armadas, incluso en la capital hay familias sin acceso al agua y la comida. Viven al día y si no salen no comen", añade Belote. El 70% de la sanidad de Haití era dirigida por Médicos sin Fronteras, pero la situación actual está expulsando a las organizaciones humanitarias de sus términos.
Los aeropuertos estaban totalmente dominados por estas bandas que no han permitido que el presidente volviera al país, pero tampoco dejaban a los propios ciudadanos desplazarse, tal y como expresa el director nacional de Fe y alegría: "La movilidad en el aeropuerto es posible siempre y cuando hayan movilizaciones. Ojalá que podamos vivir momentos de calma con la dimisión del primer ministro".
Actualmente el mayor líder de las bandas es Barbacue, "conocido así por su afición de quemar a sus víctimas vivas en sus casas". Fue jefe de la policía de élite y entrenado por la ONU, pero tras su paso por la cárcel se ha convertido en "un auténtico bárbaro que da sus ruedas de prensa con una K-47 en la mano", explica Castellano. Señala el periodista que el mayor problema del país es que la base central de la élite está fuera de sus fronteras, en Miami. Aunque "es una realidad muy compleja, a ver si esta eclosión a la que ha reaccionado Estados Unidos puede servir para algo".