Una teleoperadora cuenta sus peores momentos al teléfono: "Me deletreó su pueblo mientras me insultaba: i de incompetente, r de retrasada..."
¿Cómo podemos librarnos de las llamadas que tantas veces molestan y que suelen ser inoportunas?
Cómo ser teleoperador y no morir en el intento
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Madrid
El de teleoperador es uno de los oficios menos agradecidos. No solo es aquel que nos llama con ofertas para pasarnos a su compañía; también es el primer parachoques de bancos, aseguradoras o empresas de telecomunicación cuando los clientes estamos muy, pero que muy enfadados.
Este gremio, quizá uno de los peores tratados de cuantos existen, ha contado hoy con su espacio en 'Comando Norte' de Hoy por Hoy. El programa dirigido por Àngels Barceló ha dado voz a Naiara Abasoló, que durante cuatro años ha ostentado un puesto de responsabilidad en un call center y que ha contado cómo se vive este trabajo desde el otro lado de la línea y ha dado algún consejo para intentar evitar estas llamadas que tantas veces molestan y que suelen ser tan inoportunas.
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Abasoló ha explicado que para los teleoperadores, el verbo colgar está "prohibidísimo". No pueden hacerlo bajo ningún concepto, ya que todas las llamadas están grabadas y pueden ser supervisadas. "Se puede avisar al cliente; yo, cuanto más maleducado era, más bajaba el tono y le decía que podía manifestar su enfado de otra forma", ha relatado, aunque ha afirmado que le han mandado "a la mierda" muchas veces y de muchas maneras: tanto gente borde como otra más suave.
De hecho, la teleoperadora ha recordado la vez que más gracia le hizo: "Un cliente me tuvo que deletrear su pueblo para buscar si tenía cobertura de internet, y lo hizo mientras me insultaba: i de incompetente, e de estúpida, erre de retrasada…" ha señalado riéndose, a lo que Aitana Castaño, una de las colaboradoras de Comando Norte, le ha respondido podría escribir un libro de cómo mandar a la mierda de manera "suave".
Nacho Carretero, el otro colaborador de la sección, le ha preguntado que, como cliente, cómo es mejor actuar, y ha puesto su ejemplo, que es el de colgar siempre. Abasoló ha indicado que esa es la mejor fórmula "porque si realmente no te interesa, es mejor que me cuelgues y yo vaya a por otro cliente mejor a que esté 10 minutos intentando venderte algo".
Y es que los teleoperadores tienen unos objetivos muy agresivos ya no solo para aumentar el sueldo (que, de normal, no es superior al salario mínimo), sino para seguir en el trabajo y no ser despedidos.
Colgar y bloquear el número
Naiara Abasoló ha dado, además, el mejor consejo para dejar de evitar llamadas: colgar y bloquear el número. "Si haces eso, a mi centralita nunca más le saltará", ha apuntado, aunque también ha matizado que no hay una fórmula mágica para evitar las llamadas de las compañías.
La antigua teleoperadora también ha lamentado el sufrimiento al que están sometidos los teleoperadores en un trabajo en el que suelen recibir voces e insultos, y cree que muchas de esas personas que les tratan mal lo hacen porque no los tienen cara a cara. "Si entrasen a una tienda no se envalentonarían tanto", ha puesto como ejemplo.
Abasoló ha dado otra recomendación para todas las personas que trabajan cara al público, como es el caso de los teleoperadores -aunque no lo hagan físicamente-: "Si quieres preservar tu salud mental tienes que entender que están enfadados con la compañía, no contigo", ha recalcado, insistiendo en que "tienes que mantener tu sonrisa telefónica".
Por último, la teleoperadora ha admitido que, en muchas ocasiones, le encantaría decir al cliente que tiene razón y que le están timando, pero que, al estar grabadas las llamadas, no puede hacerlo, incluso aunque les toque un familiar o un amigo al otro lado del teléfono.