A vivir que son dos díasLa píldora de Enric González
Opinión

El artista desconocido

"Una experiencia ferroviaria muy poco habitual"

La píldora de Enric González

Madrid

Ayer viajé en tren desde Zaragoza a Barcelona. Acumulábamos más de 20 minutos de retraso, anochecía y se veían caras de malhumor y de cansancio. En Lleida subió al vagón un grupo de cuatro o cinco hombres, de entre 20 y 30 años, que hablaban en voz alta y a ratos ponían música. Alguien se quejaría, porque la revisora les pidió un poco de calma.

Hasta aquí, una experiencia ferroviaria muy habitual.

Entonces, una mujer sentada a mi derecha sacó el teléfono y antes de conectar los auriculares sonaron unas notas de guitarra y el inicio de una canción. Fue cosa de pocos segundos.

Uno de los hombres se levantó abruptamente de su asiento y se acercó a la mujer, tan tranquila con sus auriculares.

-Señora, por favor…-dijo el hombre, grande como un armario, con acento latinoamericano, quizá de Venezuela.

La señora, un poco alarmada, se quitó los pinganillos.

-Señora… Esta canción que está escuchando… Ese que canta… ¡soy yo! ¡Es mi canción!

Y para demostrarlo entonó una estrofa.

Resultó que el hombre había grabado una canción en noviembre y la había colgado en YouTube. Resultó que la mujer era peruana y sus hijas, desde Perú, le habían recomendado una canción de un artista desconocido que habían descubierto en YouTube. Resultó que a la mujer le encantó la canción y la escuchaba a menudo. Y resultó que el desconocido autor de la canción viajaba en el asiento de atrás. Ni a una ni al otro les había ocurrido nunca algo así.

Tanto el músico como la mujer se emocionaron. Ya pueden imaginar los abrazos, los selfies y el alborozo general.