Entrevista | Mariana Enríquez: "Tenemos que poder hablar sin la sanción de otras mujeres que te digan que no te tiene que importar tu apariencia"
Mariana Enríquez nos adentra en su personal universo gótico con su último recopilatorio de relatos 'Un lugar soleado para gente sombría', que publica Anagrama. A través del humor y la levedad que permiten el género de terror la escritora argentina nos cautiva hablándonos de identidad, de enfermedad mental y de política a través de lo cotidiano
Entrevista | Mariana Enríquez: "Tenemos que poder hablar sin la sanción de otras mujeres que te digan que no te tiene que importar tu apariencia"
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"Hoy me dio tristeza, sentí tres tipos de miedo, acrecentados por un hecho irreversible: ya no soy joven". La cita es de la escritora y poeta brasileña Adélia Prado y es lo primero que una se encuentra al abrir el último libro de relatos de Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973), 'Un lugar soleado para gente sombría' que publica Anagrama, con el que la escritora argentina indaga en temas como el paso del tiempo. Como ella misma reconoce "no es que tenga miedo a no ser joven. Pero hay un momento en la vida donde la juventud empieza a convertirse en un fantasma. Hay otras Marianas en el pasado que ya no son yo".
Su nuevo libro de cuentos está lleno de esos fantasmas, los personales y los sociales como explica la autora. "La Argentina es un gran fantasma. Es la repetición infinita de la crisis y de los problemas. Al final se vuelve fantasmal por todo eso. Pero, al mismo tiempo, mi sensación es que Argentina tiene mucha prensa. Tiene un presidente muy llamativo, un Papa, Messi y nadie entiende lo que está pasando. Aparecen estos fenómenos y trata de explicar a la gente cómo se puede vivir con una inflación así durante 45 años y nadie lo puede entender". Como asegura Enríquez lo más frustrante es la esperanza, una esperanza que llevó a miles de argentinos a votar a Milei y a otros a verse obligados a exiliarse. "Entiendo a quienes votaron a Milei pero no lo comparto. Yo no lo hubiese votado pero entiendo la reacción de máxima. Es decir, necesitamos un cambio y este señor garantiza borrón y cuenta nueva. Pero lo que uno se imagina que pasa con esa cuenta nueva es una cosa y luego lo que pasa es otra". Y añade, "no creo que mis compatriotas pensaran que iban a votar algo que fuera a ser malo para ellos mismos y para el país. Eso es arrogante y culpabilizar al otro".
Y luego están los fantasmas personales, que van cambiando con el tiempo y que a esta edad, recién cumplidos los 50, tienen que ver con la propia transformación de tu cuerpo. Como escribe en uno de sus cuentos "todo en el cuerpo es un proceso", que en su caso, como ella misma confiesa, está viviendo mal. "Es algo muy duro de enfrentar, de decir. Porque al mismo tiempo es un privilegio hacerse vieja, eso quiere decir que hubo un cuerpo sano, que vivió mucho. Ser viejo es una cosa inevitable y no tiene que ver con un fracaso sino con un triunfo y dar la vuelta a todas esas concepciones que tienen que ver con la cultura es algo bien difícil". Algo fundamental para Enríquez es que se abra el diálogo sobre lo que le ocurre al cuerpo de las mujeres y sobre lo que les pasa a partir de una edad, sin olvidar lo que también les pasa a los hombres. "Es muy difícil encontrar un trabajo, reanudar un montón de cosas, que te den un crédito hipotecario. El mundo capitalista te está diciendo que estás muy cerca del momento de tu fecha de vencimiento. Y es muy triste porque ese momento, que debería ser algo muy grato, es un momento que te llena de ansiedad. Y no sólo por el estado de tu cuerpo, sino por el estado de tus finanzas y por cómo te ven los demás".
La vejez es uno de tantos miedos a los que tenemos que enfrentarnos y como asegura la autora de la aclamada 'Nuestra parte de noche', "los miedos son algo cotidiano con lo que tenemos que lidiar. Cada cosa que nos provoca miedo, angustia o ansiedad no puede convertirse en un drama y que sea el fin del mundo. Y para eso ayuda el entretenimiento y el humor que están implícitos en el terror". En el juego que establece entre realidad y ficción la autora argentina toca muchos otros temas como la enfermedad mental, siempre desde la dignidad del que la sufre. "Qué difícil es aceptar con normalidad que el otro te diga que tiene un trastorno o que está pasando un período depresivo, es como si fuera contagioso. Como es algo que no se ve cuesta mucho entenderlo como enfermedad".
Influenciada por autores como Thomas Ligotti, Jack Kerouac o Comarc MacCarthy, su favorito, en los textos de Enríquez la mujer siempre está en el centro del discurso. En 'Los pájaros de la noche' la autora aborda la relación histórica entre mujer y castigo. La escritora argentina no cree que nuestros destinos sigan siendo peores que los de los hombres aunque depende de la sociedad y de la realidad que esté atravesando en cada momento. "Lo que sí pasa es que respecto a todas las cuestiones que hicieron a la mujer sentirse mal hubo un silencio, había que aceptarlo". Y en todo esto hay algo que tiene que ver con las propias limitaciones que nos autoimponemos. "Ése es el trabajo más difícil, no el que viene de fuera sino el que hay que hacer desde dentro. Nos dicen que tenemos que reconciliarnos con el climaterio. Teóricamente, lo estás. Dices sí las arrugas de la vida pero después te miras y ves una arruga y te vas a llorar al baño. A mi me interesa que eso sea visible entre las mujeres, que podamos hablar de esto sin la sanción de otras mujeres que te digan que no te tiene que importar tu apariencia". Soy entonces una mala feminista, se pregunta Enríquez. "Tenemos que lidiar entre los diferentes tipos de mujeres que somos".
La cotidianidad, la universalidad y el humor con los que escribe sus historias permiten a Mariana Enríquez enganchar con un público joven como no lo hacen otros autores de su generación. Después de Madrid, continúa con su gira por España, es una gira larga que la está llevando por todo el país y que se anuncia con carteles como si de una rock star se tratara, con legiones de fans haciendo cola para poder entrar en sus presentaciones. Ella, sin embargo, no se muestra abrumada. "Sorprendida sí porque no es algo que en general le pase a los escritores y menos a escritores que no tienen una intención marcadamente popular. Mis cuentos son bastante raros y oscuros. No soy J.K.Rowling, tampoco el fenómeno es ése pero sí hay un entusiasmo que no llego a entender".