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La ciencia explica por qué nos gusta el olor de un bebé y el de un adolescente nos parece desagradable

Un equipo de químicos alemanes ha estudiado las diferencias entre la composición química del olor de ambos grupos. Los adolescentes huelen peor porque segregan muchos más acidos carboxílicos y esteroides

Uno de los investigadores utiliza la cromatografía de gases-olfatometría para centrar sus análisis en los compuestos activos para el olor. Crédito: Nicole Kornbausch.

Uno de los investigadores utiliza la cromatografía de gases-olfatometría para centrar sus análisis en los compuestos activos para el olor. Crédito: Nicole Kornbausch.

¿Tu hijo adolescente huele "muy fuerte" después de hacer deporte? ¿Te gusta el olor de un bebé si duermes junto a él? Más allá de lo que percibes, la química tiene una explicación a lo que hueles.

La doctora Helene Loos y su equipo de la Universidad Erlangen-Nürnberg de Alemania han comparado la composición química de muestras de olor corporal de bebés de entre cero a tres años y la de adolescentes de 14 a 18 años. Para conseguir las muestras pusieron almohadillas de algodón en la cabeza, el cuello y las axilas de bebés y adolescentes. En las axilas, por ejemplo, las cosían al algodón de las camisetas mientras los adolescentes hacían deporte durante 4 o 5 horas. En los bebés las colocaban en los vestidos de bebé que usaban durante la noche.

Se les indicó a las familias participantes que evitaran los alimentos de sabor fuerte y los productos perfumados y detergentes durante las 48 horas previas al estudio.

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Por un lado, un perfumista profesional calificó y describió los olores que detectaron. Por otro, este equipo de químicos midieron las sustancias químicas presentes en las almohadillas que recogieron de los dos grupos. La primera conclusión, en la que coinciden ambos, es la evidente: "se consideró que el olor de las axilas pos-púberes tenía mayor intensidad que el olor de las axilas de los niños pre-púberes". Sin embargo, el estudio va mucho más allá.

El perfumista

Los olores corporales de los bebés los describió como "ácidos" pero en el caso de los adolescentes añadió otra palabra: "acidos y sulfurosos". El experto encontró olores afrutados, parecidos a ciruela seca; olores a cera y jabón; olor terroso, parecido a la hierba o al pimiento verde; mohoso, parecido al cilantro; y sobre todo a queso, "parecido al de la cabra".

Los químicos

Encontraron 42 compuestos activos en los dos grupos. Y es que, en general, la composición química del olor corporal es similar en ambos. Sin embargo, las muestras recolectadas de adolescentes contenían niveles más altos de dos tipos de compuestos. El primero es el de los ácidos carboxílicos. Pero no todos, entre los encontrados están:

  • El ácido metilbutanoico, cuyo nombre viene del griego bouturos, mantequilla, porque es donde se aisló por primera vez.
  • El heptanoico, que proviene, por ejemplo de las plantas apiáceas.
  • El octanoico, uno de los ácidos que contribuyen al aroma característico de la carne de caprino.
  • El dodecanoico, que viene del laurel.
  • El miristoleico, que se asocia con la nuez moscada

En las muestras también encontraron Patchulol o alcohol de pachulí con un olor terroso.

Además, los químicos identificaron dos compuestos más:

  • Los Esteroides del tipo androstenediona: Son los precursores de las hormonas sexuales masculinas y femeninas (testosterona y estrógenos) cuyo olor asociaron los científicos al "sudor, la orina, el almizcle y el sándalo"
  • Cetona: es un compuesto orgánico sintético y natural que se encuentra en las levaduras de cerveza y que tiene un olor "parecido al violeta". Este ultimo se encontró, sobre todo en las muestras de olor corporal de los bebés.

Los autores explican por qué en los adolescentes el olor es más fuerte y desagradable: hay niveles más altos de estos ácidos carboxílicos y de esteroides. Y añaden que es "es el resultado de la diferencia en la actividad de las glándulas sebáceas y las glándulas sudoríparas asociadas con el folículo piloso. La ausencia de esteroides y los niveles más bajos de ácidos carboxílicos es lo que contribuye a que se diga que los bebés están más agradablemente perfumadas.

Sobre los desconcertantes olores a pachulí y cetona, también detectados, señalan que "pueden haberse originado a partir de sustancias perfumadas que persistieron a pesar del uso de productos y detergentes sin perfume antes del estudio".

Javier Ruiz Martínez

Javier Ruiz Martínez

Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...

 
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