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Opinión

La pyme de Pablo Iglesias

Hay que reconocerle al menos una cosa: lejos de incorporarse al Consejo de Administración de una gran eléctrica, ha elegido, después de la política, una puerta giratoria más modesta

Ignacio Peyró: "La pyme de Pablo Iglesias"

Madrid

No sabemos aún cómo tirarán las cañas en la Taberna Garibaldi, pero a Pablo Iglesias habrá que reconocerle al menos una cosa: lejos de incorporarse al Consejo de Administración de una gran eléctrica, ha elegido, después de la política, una puerta giratoria más modesta: convertirse en un pequeño empresario de la hostelería.

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Por fin -dirán algunos- se parece al español común, que es mucho más probable que tenga un bar a que sea cualquiera de las cosas que, en sus sucesivas reencarnaciones, ha sido hasta ahora Pablo Iglesias: gurú ideológico, líder revolucionario o vicepresidente del Gobierno. Ya solo le falta -se maliciarán otros- quejarse de los impuestos o de las cotizaciones.

Por nuestra parte, solo podemos aplaudir que, después de muchos años impulsando la creación de empleo desde la tribuna, haya tomado la decisión de crearlo él mismo desde -benditas sean las barras- una barra de bar.

El socialismo español nació en la taberna Casa Labra y el líder de Podemos, alejado de la política con desengaño barroco, sepulta su proyecto en la Taberna Garibaldi. Hay quien cree que es un homenaje involuntario a ese eslogan de Ayuso de la libertad y las cañas. Nosotros, respetuosos con todo óbito, solo podemos señalar que no deja de ser hermoso que las cosas terminen en un bar. Feliz viernes.