Cristina Rivera Garza: "Migrar es borrar y ser borrado"
Javier del Pino y Judit Carrera, directora del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, charlan con la escritora mexicana
Cristina Rivera Garza: "Migrar es borrar y ser borrado"
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Madrid
El 16 de julio de 1990, Liliana Rivera Garza fue hallada muerta en su vivienda en Azcapotzalco, Ciudad de México. Tenía 20 años. Había sido víctima de un feminicidio. Murió estrangulada por su exnovio, Ángel González Ramos. Liliana estudiaba arquitectura, le entusiasmaba la poesía, escribir. Tenía todo un futuro por delante. Aquella fecha marcó la vida de los Rivera Garza para siempre.
Tuvieron que transcurrir treinta años para que nuestra invitada pudiera enfrentarse a las decenas de cartas, poemas y al diario que su hermana dejó y que habían permanecido durante ese tiempo guardados en una caja. La lectura de aquellos textos abrió la puerta a muchas preguntas, a mucho dolor, y fue el germen del libro El invencible verano de Liliana, (Random House) que publicó en 2021. Afortunadamente, dicha publicación hizo avanzar la investigación del asesinato que llevaba parada tres décadas aunque el caso todavía no está cerrado. "Este duelo es una cosa torcida. El dolor no se separa ni un momento de la culpa o la vergüenza. Qué hicimos mal, cómo es que no pudimos protegerla", explica.
Cristina Rivera Garza (Matamoros, México, 1964) ha pasado por los micrófonos de A vivir para hablarnos de aquel feminicidio, una palabra que lastra a su país natal. Hablar de feminicidio en México es hablar también de impunidad. Las cifras son estremecedoras, diez mujeres son asesinadas diariamente y son muy pocas las que se atreven a denunciar a su agresor por miedo o falta de confianza en el sistema judicial. Solo la mitad de las carpetas de investigación de las fiscalías acaban ante un juez y de ellas únicamente el 20% reciben una sentencia. La impunidad acampa a sus anchas, supera el 95%. El feminicidio es la punta del iceberg de un contexto de violencia generalizada que viven miles de mexicanas. "El origen es el odio de género. El odio contra la independencia y la libertad de las mujeres. Ángel ejerció una violencia letal espeluznante sobre el cuerpo de mi hermana", escribe en el libro.
A lo largo de la conversación la escritora también ha recordado sus orígenes. La historia de su familia es la de miles de campesinos procedentes de los estados de Nuevo León y Tamaulipas que tuvieron que abandonar sus tierras y emprender un peligroso viaje buscando un futuro mejor en El Otro Lado (Texas). Para llegar a ese "otro lado" hay que pasar el Río Bravo un río que se ha ensañado siempre con los migrantes que han intentado cruzarlo, muchos de ellos sin éxito. El tratado de 1906 entre México y Estados Unidos obliga a este último a ceder agua para el riego de cultivos en el Valle de Juárez y esto ocasiona el aumento del caudal en determinadas épocas del año ocasionando muchas muertes, el goteo de ahogados es constante. Desafortunadamente poco ha cambiado en la actualidad. Aunque Cristina lleva más de treinta años fuera de su país nunca lo ha abandonado, de ahí la necesidad de mostrar el drama de la migración y lo hace buceando en sus orígenes, a través de un relato muy íntimo. En su último libro Autobiografía del algodón (Random House, 2022) reconstruye la historia de su familia, una saga de migrantes procedentes de una región algodonera al norte. Escribir es su manera de preservar la memoria y ganarle la partida al silencio: "El microscopio y el telescopio de la memoria son las palabras. A veces, un libro es una forma de regreso, una reparación".