Pedir un taxi a través de Uber ¿la solución al conflicto?

El taxi todavía no ha emigrado completamente a Uber o a Cabify, pero poco a poco se está empezando a integrar en estas plataformas de VTCs, con las que ha mantenido un conflicto de intereses desde que aterrizaron en España. Según datos de Uber España, en todo el territorio nacional ya hay unos 4.500 taxis dados de alta en su aplicación. Si nos fijamos en el dato anual de 2023, Uber asegura que las incorporaciones de taxis a su plataforma aumentaron un 61% respecto al año anterior, a 2022.

Estas son cifras que Lola Vilas, la directora de Uber España, valora como un ejemplo del éxito que está teniendo esta fórmula para que convivan los dos sectores; y pone de ejemplo a Madrid: “la capital es un caso de éxito internacional y un ejemplo interno para nosotros de convivencia del taxi y los VTC”. Según datos de Cabify, 1 de cada 4 taxis en Madrid ya están en su aplicación. Pero aunque Madrid dio el pistoletazo de salida a este modelo en 2019, Uber destaca también cómo se ha podido extender a varias ciudades: en 2021 se amplió a Barcelona, Málaga y Valencia. Recientemente, en 2023, se abrió esta posibilidad de integración también en Palma, Ibiza, Tenerife y Zaragoza.

La principal motivación para darse de alta en estas aplicaciones es el dinero; es buscar otra fuente de ingresos y, de acuerdo con la directora de Uber España, está dando buenos resultados. “Sabemos que los que usan la aplicación de Uber una media de 40 horas a la semana, ganan alrededor de unos 4.500 euros al mes, más o menos 28 euros por hora, que es mas de la media habitual del taxi”, explica Lola Vilas.

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No hay acuerdo

Esta es la visión, y la versión, de Uber. Pero si le preguntamos al sector del taxi, la respuesta mayoritaria es otra. Julio Sanz, presidente de la Asociación Nacional del Taxi y de la Federación de Profesionales del Taxi de Madrid sostiene que recelan de la dimensión de estos datos que facilitan las plataformas porque carecen de una perspectiva general. Por ejemplo, “en el caso de Madrid es sintomático que haya unos 8.000 vehículos de arrendamiento con conductor frente a 16.000 taxis”, y añade Sanz “están prevaleciendo lo que son las emisoras tradicionales como Pide Taxi, que en Madrid agrupa a más de 5.000 taxistas y en toda España a más de 20.000 taxistas”.

El sector del taxi añade otro ‘pero’ al escenario de integración de dibujan las plataformas: Madrid no es toda España. Según Julio Sanz, “prácticamente no existen taxistas fuera de Madrid que trabajen para estas plataformas”. Y el recelo es aún mayor si hablamos de dinero. El sector profesional del taxi no comparte tampoco la forma que tienen las plataformas de fijar sus precios y eso aumenta su recelo hacia esa integración que defienden Uber o Cabify. “El modelo de negocio al que ahora quieren optar -los VTC- no va a tener un éxito a medio plazo si se mueve con las tarifas dinámicas”, sostiene Sanz. Pero, ¿qué son esas tarifas dinámicas? No es más que bajar mucho el precio en zonas valle, en momento del día con poca demanda, pero dispararlos cuando esta demanda aumenta exponencialmente y es difícil acceder a un transporte. “Es desproporcionado”, sostiene el presidente de la Asociación Nacional del Taxi.

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¿Qué dicen los usuarios?

La directora de Uber España defiende que el cliente, el que al final paga, no diferencia entre un taxi o un VTC a la hora de clorar el servicio en su aplicación y que, en todo caso, los viajes realizados por taxistas a través de la app de Uber tiene más de 4 estrellas de puntuación, siendo 5 el máximo. Los usuarios a pie de calle, especialmente en Barcelona, tienen distintas opiniones, pero no especialmente negativas. Algunos como Nuria creen que “puede ser una forma de modernizar el servicio y al sector del taxi”, pero otros como Raúl asegura que, aunque “puede ser una buena idea”, no cree que sirva para satisfacer todas las demandas de los taxistas, que siguen reclamando una regulación menos laxa para los VTC.

No es mayoritaria esta integración de los taxistas en las plataformas de Uber o Cabify, pero sí es un fenómeno que se esta desarrollando y que se está expandiendo poco a poco. No genera el rechazo de los usuarios, pero todavía es necesario un debate profundo que pueda facilitar una convivencia duradera y mayoritaria de estos dos modelos de movilidad.