Albert Pla le explica a Jordi Évole cómo debería ser realmente un presidente del Gobierno y propone una solución

Madrid

Jordi Évole ha puesto punto y final este domingo a una nueva temporada de Lo de Évole con un invitado de excepción. Después de entrevistar a personalidades como C. Tangana, José Luis Rodríguez Zapatero o Camela, entre otros, el comunicador catalán ha cerrado esta saga con Albert Pla. Un artista multidisciplinar que, desde el primer momento, reconocía frente a las cámaras que le gustaba mentir a los periodistas. De ahí que no queden del todo claras algunas de sus reivindicaciones. Lo que sí que ha quedado claro es que le gusta reírse de la autoridad.

En un momento dado de la entrevista, Jordi Évole le ha preguntado a su invitado acerca de la autoridad y por qué sale siempre tan mal parada en sus obras: "La autoridad no sale muy bien parada la autoridad en tu arte". A pesar de que asegura que no es cañero con nadie, sí que cree que le mete un poco de caña a aquellas personas que ejerzan demasiado poder sobre él: "Si alguien me manda mucho, soy un poco más cañero". Todo ello para, a continuación, reconocer que le gusta reírse de todos ellos: "Me gusta reírme mucho, me gusta maltratarles".

Por qué Albert Pla no es un antisistema

De hecho, asegura que es está bien reírse de los distintos poderes de España: "Yo creo que está bien reírse del rey, de los jueces, de los políticos y de las autoridades". Todo ello porque, bajo su punto de vista, no ve para nada lógico el hecho de que haya un rey en España en pleno 2024 o un presidente. Después de explicar que no debería haber un presidente como tal, el artista considera que la persona que ejerciera este rol de líder de la nación debería ser un funcionario gris y no una persona con carisma como estamos habituados: "Para mí, esto de que un rey, un presidente o un líder tenga que convencer a alguien sobre algo por su carisma, dice muy poco del votante".

Albert Pla señala que precisamente se aprovechan de su carisma para llegar hasta estas cotas, cuando no deberían ser más que funcionarios que aplicaran las normas del estado. Por todo ello, el artista asegura que no es un antisistema, sino que es "anti este sistema". ¿Y cómo podrían comenzar a cambiar las cosas?

La terapia de los delegados

Bajo su punto de vista, habría que hacer una criba en los colegios para descubrir cuál de todos los niños y niñas comienzan a desarrollar el carisma del político: "En la clase habría que preguntar quién quiere ser delegado o delegada". En el momento en el que cualquiera de ellos levantara la mano, Albert Pla propone que se le apartara del grupo y que se le hiciera una terapia para que se le curara.

En caso de que ya sea demasiado tarde, y ya hayan desarrollado ese carisma de líder, Albert Pla ha lamentado que ya no se podría hacer nada. No obstante, el artista cree que deberían dejar el carisma a un lado y ceñirse meramente a regir el país como un funcionario gris como sobre el que hablaba a lo largo de la entrevista.