Marisquerías cerca de aquí

Estoy deseando que salgan nuevos escándalos para saber a qué marisquerías hay que ir. Antes se decía que para localizar los buenos restaurantes de carretera había que fijarse en la cantidad de camiones aparcados fuera. Ahora sabemos que para encontrar las mejores marisquerías hay que fijarse en dónde van los corruptos a atizarse una mariscada.

Un pelotazo de los buenos se cierra siempre en torno a unas bandejas de percebes, unas fuentes de centollo y unas cuantas raciones de ostras, todo ello bien regado con unas botellas del mejor Albariño. Habría que hacer una guía Michelín de las mejores marisquerías a juicio de los corruptos. ¡Marisquería El Bogavante Feliz, la preferida de Koldo y Bárcenas! De ese modo, al menos harían un bien a la comunidad y purgarían una parte de sus penas.

¡Ay, qué tristeza da imaginárselos entre rejas, resignados al triste rancho carcelario, que no será mucho mejor que la comida que en mi colegio daban a los mediopensionistas: sopa de sobre, salchicha de Frankfurt con puré de patata, cosas así!

España, lo sabemos, inventó la novela picaresca. Los pícaros, como Lázaro de Tormes cuando se come las uvas del ciego, robaban para tener algo que llevarse a la boca. No sé por qué tendríamos que reprocharles nada a estos nuevos pícaros, que también roban para comer, solo que ellos son de morro fino y lo que se llevan a la boca son nécoras y zamburiñas. No me digan que no hemos avanzado.