¿Cómo debemos cuidar las orquídeas?
En qué aspectos de estas plantas debemos prestar atención, cómo abonarlas o cada cuánto regarlas y conocemos el helecho bronce y el granado enano
Orquídeas, helechos y granados enanos
Madrid
La semana pasada comenté que, para saber cómo está una planta, hay que fijarse en su aspecto general, por supuesto. Pero también hay que hacer un examen más detallista. Vamos a hacerlo con esta orquídea a la que amarillea una de las hojas.
Cómo observar una orquídea
Lo primero, hay que ver si estaba feliz en el sitio en el que estaba creciendo y con los cuidados que estaba recibiendo. Está justo al pie de una ventana que mira al norte, lo que es una iluminación muy buena para esta orquídea mariposa (Phalaenopsis cv.). De hecho, está contenta, con las hojas verdes y turgentes, tienen la superficie tersa y sin arrugas ni manchas.
Ahora pasemos a las raíces. También se ven bien, turgentes, hidratadas. Está surgiendo una vara floral en el lateral de la orquídea, que se llenará de flores dentro de unas semanas.
¿Y la hoja amarilla de la orquídea?
Esta hoja es una de las que ya tenía la planta hace dos años, cuando la traje a la radio. Ha vivido quizás unos tres años, quizás cuatro, y ahora la planta renueva sus tejidos. Esta hoja ya cumplió su ciclo. Pero antes de cambiar esta hoja, lo que hace la planta es reabsorber los nutrientes de esta hoja vieja, para recuperar su energía e invertirla en los tejidos nuevos de la planta, como la vara floral o nuevas hojas que quizás surjan a partir de ahora.
¿Por qué otras razones pueden amarillear las hojas?
Hay varios factores que pueden desencadenar este amarilleamiento. Uno muy habitual es la falta de nutrición de la planta. Si la planta no cuenta con nutrientes a su disposición para crear nuevos tejidos, lo que hará será recurrir a sus propias reservas, y eso significa también recurrir a la energía contenida en las hojas más viejas, que amarillean después de ceder sus nutrientes a la planta, por el bien del futuro de las hojas nuevas. Es exactamente lo mismo que nos pasaría a nosotros: si dejáramos de comer, nuestro cuerpo acabaría recurriendo a las grasas acumuladas en nuestro organismo para desarrollar sus funciones vitales.
¿Qué cuidados debemos dar a la orquídea en este momento?
Como está en pleno proceso de floración, vamos a abonarla, para que pueda montar una buena vara floral que nos dé color durante muchas semanas. Como siempre, utilizaremos un abono líquido específico para orquídeas. Como las orquídeas las estamos cultivando en un cubremacetas transparente, debemos tener muchísimo cuidado de no pasarnos con la dosis. Si en casa tenemos la orquídea en una maceta, como suele ser más habitual, es recomendable hacer dos cosas. La primera, abonaremos solamente si el sustrato está húmedo; segundo, daremos un riego muy ligero y corto después de abonar, para diluir un poco más el abono que acabamos de aplicar. Este riego no debe ser abundante, solo un poco de agua, o de lo contrario lavaríamos todo el abono que acabamos de echar.
El helecho bronce
El color raro de las hojas que vemos por estas fechas en el helecho bronce o helecho otoñal (Dryopteris erythrosora), podría alarmarnos. Pero tiene una explicación tranquilizadora.
Lo que le ocurre a este helecho asiático —originario de China y de Japón, entre otros países—, es que está en pleno crecimiento. Lo que apreciamos de un color raro son las nuevas hojas, que recordamos que en los helechos se llaman “frondes” o “fronda”, si nos referimos a una sola. En este helecho, las frondes nuevas se tiñen de este color marronáceo tan llamativo, que hace mucho contraste con el verde tan fresco de las frondes viejas. Además, estas frondes nuevas se desenrollan como si se tratara de un matasuegras, con ese rizado tan característico del juguete. Esta manera de crecer es algo muy habitual de los helechos.
El granado enano
He traído frutos de un granado enano (Punica granatum var. nana) que compré en el año 1997, así que está en mi familia desde hace unos 30 años. Los granados enanos son una versión miniatura de los granados, y suelen alcanzar alrededor de un metro de alto, aunque una vez vi uno que tendría un metro y medio incluso. Tiene un porte arbustivo, es decir, con muchas ramas desde la parte baja de la planta, lo que le da un aspecto muy bello. Lo curioso es que mantiene muchos de los puntos atractivos de la planta adulta: una estupenda floración con flores rojizo-anaranjadas y una preciosa otoñada, cuando sus hojas se tiñen de color amarillo oro durante unas cuantas semanas cuando llega la bajada de temperatura del otoño. Pero tiene una singularidad con respecto al árbol de granado, su hermano mayor. Mientras que este florece una sola vez, en primavera, el granado enano florece durante meses y meses. Cuando comienza a hacerlo, alrededor de abril, no para de sacar flores hasta octubre, si cuenta con una buena nutrición y goza de sol.
¿Podemos tener un granado enano en la terraza?
Es una planta ideal para cultivar en una terraza, en un balcón, incluso en una ventana. Gracias a su pequeño tamaño, crece de maravilla en una maceta. Si yo no tuviera uno, hoy mismo me iría a un centro de jardinería o a una floristería a por uno. Quizás todavía no lo tengan, porque es en estos momentos cuando está en plena brotación, pero no tardará en aparecer esta joya vegetal en las floristerías. Cuando lo veas en una, no lo dudes, llévatelo a casa, porque te va a mostrar con mucha fuerza las estaciones del año: en invierno, se quedará sin hojas, y te mostrará sus ramas tal cual, de la que se quedan colgando sus pequeñas granadas. En primavera, la brotación de sus hojas es espectacular, porque nacen de color rojizo, para después ponerse de un verde fresco increíble. A las hojas le seguirán las flores, que seguirán saliendo hasta el otoño. En verano, las flores se juntarán con los frutos. En otoño, el espectáculo de sus hojas antes de caer. Sin duda, hay que hacerse con un granado enano.
¿Los frutos se comen?
He leído que sí, pero no tienen la carne que sí tiene el árbol de granado. Lo que sí que voy a hacer con estas semillas que guardan estos frutos va a ser semillarlas aquí en la terraza, a ver si conseguimos muchos pequeños granados enanos.
Eduardo Barba
Eduardo Barba Gómez es jardinero, investigador...