Martín Bianchi revela lo que el caso de Kate Middleton nos enseña sobre la princesa Leonor: "Empiezan años despiadados"
El experto en Casas Reales explica en 'Hoy por Hoy' por qué la "pillada" a la princesa de Asturias puede ser la primera de muchas
Si tratamos así a la futura reina de Inglaterra, ¿cómo trataremos a las demás mujeres?
Madrid
Teníamos ganas de charlar con Martín Bianchi unos días después de que la Princesa de Gales, Kate Middleton, pusiera fin con contundencia al "morbo y las especulaciones" a los que dio pie su desaparición de la vida pública. Ni había infidelidades, ni había operaciones estéticas, ni había crisis matrimonial: lo que había era una enfermedad grave ante la cual la prioridad es cuidarse y contárselo a los más íntimos, incluidos sus tres hijos de corta edad, de forma que lo entiendan y que se sientan protegidos ante comentarios maliciosos o ignorantes. De ahí los "errores de comunicación", fruto del desconcierto que genera en cualquier persona el anuncio de que tienen cáncer.
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Martín reflexiona, en línea con la columnista británica del diario The Telegraph, Camilla Tominey, sobre cómo la sociedad en general, las redes, y la prensa del corazón en particular, trata a las mujeres. "Si así es como tratamos a la futura reina de Inglaterra ¿cómo trataremos al resto de mujeres?", se ha preguntado Martín. Es una autocrítica que deben hacer no solo los medios, sino también el público en general, en las redes y en la calle: "Morbo y excesos que todos hemos cometido en estas semanas." Probablemente, si se tratara de un hombre, como ha sido el caso del rey Carlos, no hubiera habido este pico especulativo. "Nos cebamos porque es mujer," afirma Martín.
Es cierto que en el caso del rey Carlos, que también padece cáncer, el tratamiento ha sido muy distinto, pero hay una diferencia importante: se supo el diagnóstico desde el principio. El rey Carlos tiene otra edad, y no tiene hijos pequeños; el diagnóstico en el caso de una persona de 42 años, como tiene Middleton, sin duda es mucho más chocante, y, por tanto, más difícil de comunicar. Se tarda en asumir, y, por lo tanto, puede tardarse más en sentirse con fuerzas para contarlo.
"Exigir el mismo trato que para la gente normal es imposible"
"Sin duda hay un fallo de comunicación que ellos mismos están ahora intentando analizar y reparar," explica Martín. "Cuando tú no explicas las cosas claramente y con cierta transparencia se pueden generar este tipo de malentendidos. Porque muy al principio dijeron 'han operado a Kate, pero no es cáncer'. Fue lo primero que se dijo. Y a partir de ahí se ha invitado a la gente a especular con lo que podía ser si no era cáncer y por qué ha tardado tanto en reaparecer. Finalmente se ha sabido que sí era cáncer. Yo creo que lo podrían haber explicado de otra manera y que esto va a cambiar la política de comunicación". En este sentido, Martín recomendaría que no sean los propios miembros de la familia real los que tomen este tipo de decisiones, sino que las pongan en manos de profesionales.
El equilibrio entre la vida familiar y encarnar una institución es muy delicado. "Nadie cuestiona que todo el mundo tenga derecho a su intimidad. Pero cuando eres Princesa de Gales y toda una institución se sostiene en ti y en tu marido, tienes que tener un poco más de cuidado. No es como tú y como yo, que podemos manejar nuestros tiempos a nuestra manera. Exigir o reclamar para este tipo de figuras el mismo trato que para la gente normal es imposible".
Kate Middleton anuncia que tiene cáncer
Preguntado por el posible acercamiento entre los Príncipes de Gales y Harry y Meghan, Martín Bianchi ha sido contundente: "Yo creo que no se va a producir. No se van a fiar de los duques de Sussex. Yo no me fiaría", ha maliciado.
Para Leonor "empiezan años de un seguimiento despiadado de su vida"
Martín ha incidido también en el sufrimiento por el que ha pasado Guillermo: ha nacido con todos los privilegios de estar destinado a reinar, pero vivió la humillación de la "entrevista del siglo" cuando tenía 13 años y su madre le confesó a Martin Bashir que en su matrimonio había tres personas, para escarnio de sus compañeros de Eton. Y luego, con 15 años tuvo que vivir la muerte de su madre, y procesionar largamente por el centro de Londres detrás de su ataúd ante la mirada de millones de personas. Odió cada minuto de esa larga caminata. Todo el mundo tiene traumas, pero los suyos no son despreciables, por muy Príncipe de Gales que sea.
Y si nos escandaliza cómo hemos tratado a Kate Middleton en las últimas semanas, pensemos también en el tratamiento informativo que recibe la vida privada de la princesa Leonor. Cumple con sus obligaciones en la academia militar de Zaragoza, y si alguien la ve en una discoteca los titulares incluyen la palabra "pillada", como si la hubieran visto cometiendo algún delito. "Es el germen de lo que veremos, estoy convencido de ello, empiezan años de un seguimiento despiadado de su vida, en el que cada cosa que haga o no haga será medida y analizada." Cualquier persona en la situación de Leonor saldría huyendo, y ella está cumpliendo muy bien lo que se espera de ella. Pero "vivir, lo que se dice vivir", como dice José Luis Sastre, no es algo que le pongan fácil.
Eva Cruz
Redactora en el magazine de 'Hoy por Hoy' desde...