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Ciencia y tecnología | Actualidad

Manel Esteller: "Nos creemos el centro del planeta, pero somos la periferia; este planeta es de las bacterias, de los virus y de los insectos"

"Si mantenemos condiciones climáticas, económicas y alimentarias adecuadas, dentro de 100 años veremos personas de 110, 120 o 130 años"

Manel Esteller: "Nos creemos el centro del planeta, pero somos la periferia; este planeta es de las bacterias, de los virus y de los insectos"

Manel Esteller: "Nos creemos el centro del planeta, pero somos la periferia; este planeta es de las bacterias, de los virus y de los insectos"

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Manel Esteller (Sant Boi de Llobregat, Barcelona, 1968) cree que la genética puede convertirnos en fatalistas, pero que la epigenética ha llegado para darnos un poco de esperanza. Si la vida es una partida de cartas, por usar un ejemplo que él ha empleado en alguna ocasión, la genética nos ha permitido saber que muchas de nuestras cartas están marcadas y la epigenética nos dota de la habilidad para borrar esas marcas e incluso para barajar de nuevo.

Esteller, director del Instituto de Investigación de Leucemia Josep Carreras, es uno de los mayores expertos mundiales en esta disciplina que solo tiene unas décadas de historia pero ha dado cientos de año de vida, y de vida más digna, a miles de pacientes en todo el mundo. Las técnicas epigenéticas han supuesto avances impresionantes en la investigación contra algunos tipos de cáncer y el científico sostiene que van a ser clave en un campo que ha fascinado a la Humanidad desde siempre: cómo alargar la vida.

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Esteller mira al futuro en una entrevista con Valentina Rojo para el programa 2124 de Javier del Pino y vislumbra que su disciplina habrá roto fronteras imposibles de traspasar hasta ahora, como la de que los seres humanos vivan más de 100 o 100 años. Lo harán, eso sí, en cuerpos que serán menos biológicos porque estarán "mejorados" por la tecnología. El científico repasa en detalle todos los avances que se están produciendo en la ciencia contra el envejecimiento, como la posibilidad de rejuvenecer células o frenar el envejecimiento a través de las hormonas, pero hace un llamamiento a la humildad: los verdaderos propietarios de este planeta no son los humanos, sino los virus.

Yo sé que a los científicos no os gusta esto de hacer ciencia ficción, pero si un científico o un investigador como tú se despertara dentro de 100 años, ¿qué se encontraría?

Estamos hablando del año 2124. Estamos hablando de que si conseguimos mantener un planeta en condiciones saludables tendremos unos avances muy importantes en muchas disciplinas. En esa mañana del 2124 habrá una familia muy distinta, o familias más o menos biológicas, en el sentido de que habrá una incorporación de elementos tecnológicos muy importantes a nuestros cuerpos. Ya no seremos tan humanos en el sentido biológico del término, seguramente tendremos varios repuestos en nuestros órganos y tendremos una relación muy distinta entre nosotros. La forma en que nos comuniquemos, por ejemplo. En medicina, seguramente, si mantenemos condiciones climáticas, económicas, alimentarias adecuadas, veremos también convivir más o menos cerca a personas de 110, 120 o 130 años de forma más frecuente.

Estas personas que se calcula que podrían llegar a vivir 120 o más años... ¿el cuerpo humano está capacitado para eso? ¿O estamos forzando cada vez más la máquina?

En la historia de la humanidad, si hablamos de pruebas más o menos fiables de humanos que han vivido más, solo encontramos una persona que ha superado los 120 años. Una. Ahora la más longeva la tenemos cerca de nosotros en nuestro laboratorio y tiene 116, camino de 117 años. Si quiere superar la cifra de 120 o 125, además de cambiar conductas y fármacos, ya tendrías que tocar cosas más físicas, tocar cromosomas, por ejemplo, o hacer terapias genéticas. Es decir, hacer edición del ADN, coger un gen y poner otro, porque sí que estamos diseñados para un límite, entre los 120 y los 130 años. Evidentemente llegar a ese límite ya sería mucho, porque no lo conseguimos; como te decía, aparentemente solo ha habido una persona que ha llegado a ese límite. Pero si queremos ir más allá, hemos de tocar no solo la maquinaria de ordenador, el hardware, sino también la programación, el software del cuerpo humano.

¿Y eso cómo se hace?

Se hace de diversas formas. Una es: si sabemos que hay una reducción de las puntas de los cromosomas a medida que se envejece, pues vamos a intentar hacerlos un poquito más largos para que tarden más en reducirse, incorporando una proteína que lo que hace es añadir trozos a ese cromosoma. Otra forma en la que podemos hacerlo, y ahora es un área muy activa de investigación, es repoblar nuestro cuerpo de células madre. Cuando nacemos, tenemos muchas células madre, células indiferenciadas que son capaces de originar cualquier órgano del cuerpo humano. Esa es la esperanza de la medicina regenerativa: que si un día te quemas, que te pongan una piel... te falta un corazón, te pongan el tuyo regenerado y no esperes un trasplante.

Hoy hay mucha investigación internacional para volver joven una célula que se ha hecho vieja, básicamente poniéndole una serie de genes, varios, que cambian la programación celular y hacen que verdaderamente se parezca a una célula joven. Cuando nacemos tenemos muchas células juveniles que son capaces de reproducirse y originar cualquier órgano. Pero a medida que vamos envejeciendo, esas células van muriendo y nos van quedando las células diferenciadas, células de la piel, del ojo que nos permiten ver, del corazón... células que hacen su función. Son las células trabajadoras. Pero imaginemos que tenemos una célula que está a punto de jubilarse, una célula que llamamos senescente casi, es una célula jubilada que eventualmente va a llevar a la muerte a ese organismo. Ahora hay formas de que apliquemos a esa célula terapias, diversos fármacos y sobre todo formas de introducir en genoma genes que la rejuvenezcan, cambiando la expresión de miles de otros genes. Y esto quizá sea una de las esperanzas. Como he dicho, es un área de investigación de las más activas en la actualidad.

Tengo entendido que también aquí estáis haciendo estudios con ratones para inyectarles la mutación genética de la progeria. Cuéntame un poco en qué consiste.

En el área de envejecimiento estamos haciendo muchas cosas. Por ejemplo, estamos estudiando las excepciones, en este caso las personas que viven más tiempo, y comparándolas con el resto de personas. ¿Qué tienen de especial? ¿Qué tienen en el genoma? ¿Tiene unos microbios distintos, una microbiota distinta? ¿Tienen una familia, un árbol genealógico distinto?

Estudiamos esto, y también estudiamos distintos modelos de envejecimiento. Por ejemplo, gente que envejece de forma rápida, una progeria, que son estos niños que tienen cinco, ocho, diez años, y parece que tengan 80, 90 años... y también otros tipos de progeria como es el síndrome de Werner, otro envejecimiento prematuro... En este campo hay mucha investigación que no podemos hacer éticamente sobre personas, pero sí podemos coger la mutación que tiene ese niño, ponérsela a un animal de experimentación y ver que ese animal envejece rápidamente. Esto indica que la evolución existe, porque si un gen humano lo pones en un gen de ratón equivalente, pues provoca el mismo efecto. Y en ese ratón sí que puedes probar cien fármacos para ver si alguno es capaz de enlentecer el proceso. No puedes darle 100 fármacos a un paciente, pero con el ratón vas probando cada uno de ellos a ver si alguno es capaz de, como mínimo, enlentecer el proceso de envejecimiento.

Esta pregunta te la habrán hecho mil veces, me imagino, pero en qué se está trabajando más ahora ¿en el reducir el envejecimiento o en conseguir el rejuvenecimiento?

Son dos líneas distintas, pero complementarias. Hay un área muy activa de investigación básica, sobre todo, en rejuvenecer, que es la reprogramación de las células. Es decir, una célula vieja introducirle factores para que se convierta otra vez en una célula joven, una célula madre, una célula que tiene la capacidad de regenerar células y tejidos del organismo. Es un área de investigación muy importante a nivel básico.

A nivel clínico, lo que está más desarrollado es reducir el envejecimiento o tener un envejecimiento más saludable. Esto es muy importante. Ahora tenemos una supervivencia 85 años, pero a veces los últimos cinco años son de muy mala salud, verdaderamente. Se trata de que todos esos años que nos queden sean de mejor salud. Eso lo firmaríamos todos aquí. La primera parte de esta investigación clínica sería dar más salud a esos años. Y la segunda parte sería dar más años y con mejor salud.

Hay distintos tratamientos que están empezando a estudiarse. Pongo un ejemplo reciente: el primer fármaco antienvejecimiento que ha sido aprobado en Estados Unidos, sin ninguna enfermedad asociada. Este tratamiento ha sido probado en perros, porque plantea menos problemas éticos y porque los perros tienen un envejecimiento típico debido a una alteración hormonal. Aparentemente, los perros que han recibido este tratamiento viven más tiempo aparentemente y con menos dolor. Hay un equivalente humano a la hormona en la que se provoca el envejecimiento típico de los perros, por lo tanto podemos actuar en ella para tratamientos en humanos. Recordemos que las hormonas influyen mucho en el envejecimiento.

¿Y dentro de 100 años tendremos enfermedades que ahora mismo no existen?

Yo creo que sí, absolutamente. Habrá siempre enfermedades. Tengo la creencia de que nosotros somos una muy pequeña parte de este planeta; somos una especie muy joven y el planeta continuará después de nosotros. El planeta se autorregula. La covid fue una enfermedad que apareció a partir de otras variantes y tuvimos la suerte de que era una enfermedad muy contagiosa, pero poco mortal. Porque si imaginamos la combinación contagio-mortalidad, pues estamos hablando de enfermedades que crecen muy rápido y va a ser difícil, ¿no? Imaginémonos un COVID con la mortandad del ébola. Esa combinación es altamente contagiosa y altamente mortal.

Van a aparecer otras enfermedades, seguro, por muchos motivos. También motivos ambientales: del espacio puede llegar cualquier cosa que altere la atmósfera del planeta y traiga una enfermedad. Un virus puede mutar. Una bacteria... Nos creemos que somos el centro del planeta, pero somos la periferia. Estamos en la corteza del planeta. El planeta es propiedad de las bacterias, de los virus, de los insectos, de las plantas. Esos son los propietarios del planeta. Entonces estos animales, las enfermedades de los animales o seres vivos, las zoonosis, pueden pasar a los humanos y causar enfermedades todavía más graves. Otro ejemplo: vemos que las bacterias están desarrollando resistencias contra los antibióticos, habrá que pensar nuevos antibióticos, tendremos que repensar otras penicilinas.

E01 | ¿Cómo seremos dentro de 100 años?

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01:12:02

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2124, una mirada al futuro

'2124' es un programa mensual dirigido por Javier del Pino para pensar, reflexionar e imaginar el futuro, desde distintos puntos de vista -desde la salud, la convivencia, la ética, la sostenibilidad, entre otros- de una sociedad con cada vez mayor esperanza de vida y condicionada por la evolución tecnológica. Se trata de una más de las iniciativas de la emisora con motivo de la celebración de su Centenario y de la llegada de la radio a España.

El equipo de '2124' está formado por los periodistas Miguel Macías, Valentina Rojo y Eva Cruz, y cuenta con la realización sonora de Roberto García.

 
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