Maruja Torres se "traga" la intervención de Ayuso en su viaje a Chile y saca una clara conclusión
"Nosotros les hemos mandado a una musa, a una lideresa. Qué digo: a una Malinche al revés, una nativa madrileña y castiza, capaz de vender todo lo que pueda de España a cuanto ricachón criollo o no se presente"
Maruja Torres: "La presidenta de la Calamidad de Madrid ha dejado muy alto el pabellón del enriquécete como quieras y sin pagar impuestos"
Madrid
Los capitalistas-canibalistas, los depredadores financieros. Están en todas partes, como bien sabéis. Están también, y muy crecidos, en la América de habla española, torpedeando a saco a sus escasos y frágiles Gobiernos de izquierdas.
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Y nosotros les hemos mandado a una musa, a una lideresa. Qué digo: a una Malinche al revés, una nativa madrileña y castiza, capaz de vender todo lo que pueda de España a cuanto ricachón criollo o no se presente. No confundir con la inmigración que tanto necesitamos y que siempre es víctima de unos y de otros.
Pues me he tragado en YouTube la intervención de Ayuso en El Libero (sin acento: ya sé que suena raro, pero es que va, como la propia IDA, de liberarnos). Es el diario digital chileno que la invitó a hablar hace unos días en su décimo aniversario. Y la invitó bien, con compinchamiento y alevosía, ya que se trata de un medio entre cuyos fundadores (y también columnista) figura un antiguo ministro de Hacienda de Pinochet, adicto a la devastadora doctrina de los Chicago Boys y casado en la actualidad con la secretaria de Educación de Javier Milei, una reconocida antifeminista y negacionista del cambio climático y de la dictadura argentina, y también, oh casualidad, columnista de El Libero.
He de decir que la presidenta de la Calamidad de Madrid ha dejado muy alto el pabellón del enriquécete como quieras y sin pagar impuestos en la capital del Reino y no como en la España roja y salvaje, al tiempo que vestía sencilla, pero patrióticamente de Inditex. Parece que la maleta en donde llevó sus cuatro ideas (venenosas, pero fijas) pertenece también a los básicos de esta firma, sin que de este detalle, que simplemente subrayo como nota de color, debamos deducir que la familia Ortega tenga nada que ver con el asunto.
¿Os acordáis de cuando insultábamos, llamándoles sudacas, a la buena gente que llegaba a nuestro país huyendo de las dictaduras ahora negadas? ¿Qué adjetivos podemos inventar para estos que vienen a reforzar la plaga que nosotros mismos a duras penas podemos detener?
Maruja Torres
María Dolores Torres Manzanera (Barcelona, 16...