La doble razón

Madrid

No basta con criticar los desmanes de Netanyahu. No basta con clamar contra el terrorismo de Hamás y contra la represión indiscriminada del gobierno israelí. Hay otra manera adicional de poner en valor la justa causa de los palestinos y la causa justa de los judíos. Consiste en ensalzar a quienes contribuyen a paliar los desastres de la guerra y a recomponer la difícil convivencia. Los españoles tenemos un deber especial en este asunto por muchas razones, también históricas, y ahora mismo tenemos una doble obligación urgente de agradecer su labor a las ONG recién golpeadas por los misiles. Se llama World Central Kitchen y Open Arms. Es la doble razón. Las gentes que intentaron un puente marítimo para dar de comer y salvar vidas ya han encontrado la muerte de siete de los suyos. Las encabezan dos españoles de pro, el cocinero José Andrés y el rescatista Óscar Camps. ¿No deberían las Cortes Generales, el Congreso y el Senado unirse por un momento para condecorarlos con las medallas de oro de cada cámara? Una decisión así sería más ejemplar que una condecoración puramente gubernamental. Demostraría también que en algunas cosas, aunque sean pocas, las fuerzas políticas españolas pueden entenderse. Es muy triste contemplar tanta muerte en Gaza y ver a nuestros dirigentes demasiado ocupados en trifulcas menores. También hay una manera de cambiar esta dinámica: encontrar puntos de sintonía sobre los que construir alguna confianza, construir una lógica distinta, ya que cambiar del todo y de repente parece tarea imposible, que las muertes de los cooperantes y de los civiles en aquellos territorios no sean al menos del todo en vano.