Un hombre en bicicleta para dirigir la OTAN

La Haya

Mark Rutte ha ido sobreviviendo a las crisis políticas hasta convertirse en el primer ministro que más tiempo ha ocupado el cargo en los Países Bajos. Después de 14 años dejó su puesto llevando al país a un momento de incertidumbre hasta que se conformó un gobierno de coalición liderado por la extrema derecha.

Dos de los periodistas con más experiencia en la política de los Países Bajos, Ron Fresen y Wilma Borgman, han analizado el legado de Rutte y han conversado con él para un libro que vio la luz el pasado mes de abril. Fresen nos atiende en La Haya y desgrana el plan de Rutte como nuevo Secretario General de la OTAN.

"Rutte dejó prácticamente caer su gobierno y no se involucró en las últimas crisis", explica Fresen, "lo que ya nos hacía pensar que tenía un plan en mente". El veterano periodista explica que Rutte fue preparando el camino para las elecciones y acercó posiciones con Estados Unidos hasta terminar por mostrarle de modo explícito a Joe Biden su disponibilidad para dirigir la OTAN cuando terminara el mandato del noruego Jens Stoltenberg.

El político sonriente que iba en bicicleta algunos días al trabajo, y que en su momento fue probablemente quién más exigente fue de cara al plan europeo de reactivación económica después de la pandemia, lo que no le granjeó muchos amigos en la opinión pública española, ha logrado ser un candidato de consenso, convenciendo a Turquía y a algunos países del este que veían al principio con reservas su nombramiento al frente de la OTAN. Húngaros y eslovacos no sintonizan con el aperturismo que representa Rutte, Turquía era partidaria de un candidato no europeo y Rumanía tenía su propio candidato, que se retiró de la carrera al no tener las opciones del neerlandés.

Rutte va a ser leal a la política de Estados Unidos cuando esté al frente de la OTAN

—  Ron Fresen, periodista y autor del libro "El enigma de Rutte"

Fresen explica que en los Países Bajos se daba por hecho su nombramiento desde hace tiempo y destaca su capacidad para resolver diferencias. "Su punto fuerte es que es muy bueno en las relaciones personales, tiene muchos amigos en el panorama internacional. Cuando Rutte entra en una sala donde hay una discusión, lo más probable es que los que están dentro salgan como amigos", explica Fresen que, aunque destaca esa capacidad de Rutte, lamenta también que haya dejado problemas internos sin resolver en su país, particularmente la gestión de la inmigración ante el auge constante de la extrema derecha neerlandesa.

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Donde no hay duda es en cuál será la actitud de Rutte al frente de la OTAN: "Va a ser leal a la política de Estados Unidos", asegura Fresen sin duda alguna. De hecho, logró ya escenificar su nombramiento en la cumbre de la OTAN que del pasado mes de julio en Washington.

Fresen da por hecho que Rutte no supondrá una ruptura con la política de Stoltenberg, centrada en un apoyo constante a Ucrania que no pasa por el envío de tropas de la Alianza Atlántica, así como por pedir a los países de la organización que aumenten el gasto en políticas de defensa. "Rutte no va a enviar tropas de la OTAN a Ucrania", asegura Fresen, subrayando el carácter de consenso y moderación que tenía la política neerlandesa hasta las últimas elecciones: "Sabe que eso sería un paso excesivo y conllevaría más enfrentamiento y más guerra".