Por qué nos siguen bombardeando con llamadas publicitarias

Madrid

Hablo con Juanjo Millás una o dos veces al día y durante esas conversaciones siempre interrumpe alguna llamada con la muy noble intención de mejorar sus condiciones... “¡Si quieren mejorar mis condiciones no me llamen!”. Se me escapa la risa al escucharle pero la verdad es que el asunto no tiene ninguna gracia.

Hace 10 meses que la Ley General de Telecomunicaciones 11/2022, de 28 de junio, prevé que a partir del 29 de junio de 2023 las empresas domiciliadas en territorio del Estado español no podrán realizar llamadas con fines comerciales o de publicidad sin el consentimiento previo y expreso de la persona destinataria. Pero según el estudio que realizó la OCU en Octubre, 9 de cada 10 personas las siguen recibiendo. El 50% entre 1 y 5 al mes. El 24% más de 10. En el 66% de los casos no se identifican.

¿Qué está pasando para que no se cumpla la Ley? ¿Hay manera de defenderse? Enrique García, portavoz de la OCU, apunta a varias razones. Por un lado hay empresas a las que les da igual, llaman con un número oculto o dicen que lo hacen de parte de “tu compañía de lo que sea”. Es tan difícil identificar quiénes son en realidad que las denuncias nunca les van a llegar. También entra en juego la picardía. la Ley prohíbe que nos hagan esas llamadas a no ser que hayamos dado nuestro consentimiento. Nosotros, por ignorancia, no nos damos cuenta de que cuando compramos algo y aceptamos las condiciones generales (que nadie lee) en uno de los puntos cedes tus datos y que además permites que los puedan compartir con otras empresas.

Las dos formas de defendernos consisten en pedir que nos metan en la lista Robinson (que no siempre funciona) o denunciar anta la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) que está tan saturada que no sanciona todo lo que se podría. ¿No hay manera de que las administraciones actúen de oficio? Según José Antonio Martín Pallín existe una Fiscalía especial de derechos informáticos que pueden actuar de oficio para fraudes. Para las llamadas comerciales no, porque no son delitos penales y solo se les pueden aplicar sanciones administrativas duras. No se puede tratar todo como un delito penal, solo se llega a este extremo cuando todo ha fracasado.

Mientras tanto personas como Laura, con 82 años, tienen que aguantar un bombardeo de llamadas que les provocan un estado de nervios y de ansiedad por si en una de estas van a aprovecharse de su vulnerabilidad.

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